Trump enfrenta el desafío de poner fin a la guerra en Oriente Medio sin descuidar a su aliado Israel
2024-11-10
Autor: Ana
La determinación de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, de acabar con los conflictos armados que podrían afectar su mandato no significa que incumplirá con sus principios, especialmente con su lema 'America First' (América Primero). No obstante, se encuentra en una posición complicada, ya que su aliado Israel está inmerso en una guerra en Gaza y Líbano, con decenas de miles de muertos solo en el último año. A menos de dos meses de asumir el cargo, la situación en Oriente Medio es de inquietud y incertidumbre. Este nerviosismo contrasta con la calurosa acogida que ha recibido por parte del gobierno del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. La gran pregunta es: ¿cómo afectará la política de Trump a los israelíes, palestinos, libaneses e iraníes atrapados en este conflicto?
Ghassan Olayam, un palestino de 62 años que este fin de semana se dedica a recoger aceitunas en su pueblo en Cisjordania, manifiesta pesimismo sobre cualquier avance en su situación. Considera a Trump más agresivo que Joe Biden y teme que la influencia de los colonos judíos y la presencia militar israelí en Palestina se intensifiquen.
Desde Beirut, donde la violencia ha resurgido, algunos libaneses, como Ali, ven la elección de Trump con preocupación. 'Trump dijo que pondría fin a las guerras', recordó, mientras que su familia se mueve de un lugar a otro debido al conflicto, evocando un ambiente de inestabilidad que cada vez pesa más sobre ellos.
Durante la visita reciente de Netanyahu a la mansión de Trump en Mar-a-Lago, este reafirmó su apoyo a Israel y criticó a Biden por no brindar suficiente respaldo. Paul Salem, experto en relaciones internacionales, observa que Trump le dijo a Netanyahu que continuara con sus conflictos, pero también le advirtió que no quería que estos se alargaran una vez asumiera el cargo el 20 de enero. Esta mezcla de apoyo incondicional y presión para finalizar la guerra ofrece a Netanyahu una ventana de dos meses para actuar.
La reciente escalada del conflicto, incluidas las tensiones entre Israel e Irán, plantea preocupaciones sobre lo que pueda ocurrir. El análisis de los expertos sugiere que Trump, conocido por su estilo agresivo, podría tener que enfrentar el desafío iraní y las repercusiones de sus acciones. Los temores en torno a la presencia de Hezbolá en Líbano, que se considera una extensión de la política iraní, son evidentes.
La perspectiva de normalización entre Israel y Arabia Saudí ha sido desestimada debido a la guerra en Gaza, con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, afirmando que no establecerá relaciones mientras persista el conflicto. Esto pone aún más presión sobre lo que el nuevo mandato de Trump podría significar para la región.
Sin embargo, algunos libaneses, como Ali, depositan esperanzas en los lazos familiares de Trump con Líbano, sugiriendo que podrían influir en sus decisiones. Por ejemplo, su yerno, Massoud Bulos, de ascendencia libanesa, podría servir como un canal para suavizar las tensiones. A pesar de esto, los analistas advierten que la posibilidad de un aumento en la violencia sigue latente, y que Trump puede no estar dispuesto a presionar suficientemente a Israel para que detenga sus acciones.
En resumen, la política exterior de Trump hacia Oriente Medio parece estar en una encrucijada, donde la continuidad y la resistencia de grupos armados como Hezbolá y el comportamiento de Netanyahu determinarán la dirección futura de la región. La gran incógnita será si Trump podrá equilibrar su apoyo a Israel y su promesa de poner fin a las guerras, un equilibrio extremadamente delicado en un entorno ya volátil.