MADRID, 23 Dic. - En un controversial discurso durante una conferencia conservadora en Phoenix, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, hizo fuertes declaraciones en contra de la comunidad transgénero. Prometió que, al llegar a la Casa Blanca, comenzará una campaña drástica para "cerrar las fronteras" y llevar a cabo "la mayor operación de deportación en la historia estadounidense".

Trump aseguró que su administración trabajará para "detener la locura transgénero", afirmando que se asegurará de que "los hombres no participen en deportes femeninos" y establecerá que la política de género en Estados Unidos solo admitirá "hombres y mujeres". Su rechazo hacia programas de diversidad, equidad e inclusión en el sector público y privado también fue expresado, abogando por su prohibición.

"Este es solo un pequeño adelanto de la revolución del sentido común que traerá mi administración", afirmó Trump, añadiendo que firmará "una serie histórica de órdenes ejecutivas" desde su primer día en el cargo. Sin embargo, no detalló quiénes serían los deportados ni cuándo tendrían lugar estas acciones.

En su discurso, Trump también anunció que planea designar a los cárteles de la droga mexicanos como organizaciones terroristas, afirmando: "Los que operen en territorio estadounidense serán desmantelados, deportados y destruidos".

"Terminaré con la ocupación y el 20 de enero será el verdadero día de la liberación de Estados Unidos", enfatizó, describiendo a sus opositores como "desconcertados" por sus intenciones.

Además, Trump abordó el rumor de que Elon Musk podría actuar como el "presidente de facto" en su administración, desestimando la idea y aclarando: "Estoy a salvo, ¿sabes por qué? No puede serlo; no nació en este país".

En el ámbito de la política exterior, Trump expresó su deseo de reunirse con Vladimir Putin al inicio de su mandato, buscando negociar un fin inmediato a la guerra en Ucrania, subrayando que "tenemos que poner fin a esta guerra". La polémica en torno a sus declaraciones este fin de semana ha desatado un intenso debate sobre el futuro del activismo por los derechos de las personas LGBTQ+ en EE.UU. y las repercusiones de sus políticas en la comunidad trans.