La alcaldesa de Villafranca de Ebro, Volga Ramírez, se convirtió en heroína al ser una de las primeras en llegar esta madrugada a la residencia donde se desató un incendio que dejó un saldo devastador. Junto a su esposo y dos trabajadoras del centro que estaban en el turno de noche, Ramírez ayudó a evacuar a los residentes, enfrentándose al temor y la oscuridad mientras lo hacían. A pesar de la rápida respuesta de los Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza y la Guardia Civil, cuando llegaron, ‘casi todos estaban ya fuera’.

La tragedia tuvo un efecto especialmente profundo, ya que se estima que los diez fallecidos son personas con problemas de movilidad. “Ha sido una experiencia desgarradora porque no se veía nada. Mi marido se atrevió a entrar, mientras yo, con problemas pulmonares, estuve fuera organizando a los residentes. La mayoría son ancianos y muchos de ellos los conocía”, declaró la alcaldesa con la voz temblando de emoción. Para apoyar a las familias afectadas, el Ayuntamiento ha habilitado un punto de atención e información donde pueden recibir el apoyo necesario.

Ramírez expresó que el principalmente desafío durante el incendio fue “la tremenda humareda que se generó”. “Había más humo que fuego; era imposible respirar”, agregó, sugiriendo que es probable que las muertes se deban a la inhalación de este humo tóxico. Las trabajadoras de la residencia fueron quienes alertaron a los servicios de emergencia, asegurando así la coordinación rápida de la respuesta.

Sobre las causas del incendio, la alcaldesa mencionó que comenzó en una habitación, pero aún se desconoce si el origen fue un colchón. Afortunadamente, la habitación contaba con una puerta de seguridad, lo que evitó que el fuego se propagara, permitiendo que el humo saliera en una rápida evacuación.

“Todo aquel que sobrevivió fue rescatado por nosotros: las trabajadoras, vecinos… Había muchas personas con problemas de movilidad”, comentó Ramírez. La residencia, que proporciona cuidado a diversas edades, incluyendo jóvenes de hasta 25 años, enfatiza que no solo se trata de una población anciana. Las autoridades siguen investigando la tragedia y, lamentablemente, los detalles sobre las edades de los fallecidos aún no se han podido confirmar.

La comunidad de Villafranca de Ebro se encuentra con el corazón roto, y todos los esfuerzos están dirigidos a apoyar a las familias de las víctimas en este momento de dolor. La alcaldesa concluyó enfatizando la necesidad de evaluar la seguridad contra incendios en instalaciones que albergan a poblaciones vulnerables para prevenir tragedias futuras. ¡Este devastador incidente recuerda la importancia de la seguridad en nuestros hogares y centros de cuidado!