Un crimen que sacude a la comunidad

Rosa María Campos, la hija mayor de Rosalía, no puede contener su dolor y rabia al recordar el trágico destino de su madre, asesinada a los 54 años en Motril el pasado 24 de agosto. Su ex pareja, con un oscuro historial de violencia de género, ignoró una estricta orden de alejamiento y la atacó de forma brutal. "Era la tercera vez que la mandaba al hospital", lamenta Rosa María, quien cuenta con una desgarradora lista de 36 denuncias que su madre había presentado contra el agresor.

Una vida marcada por el terror

La historia de Rosalía es la de una mujer atrapada en un ciclo de violencia. Rosa María revela que el presunto homicida, a lo largo de su relación de tres años, dejó a su madre al borde de la muerte en al menos dos ocasiones previas. "Una vez, la golpeó con una plancha de hierro y estuvo en la UCI. Él estuvo tres meses en prisión", narra con angustia.

Mensajes desgarradores en medio de la desesperación

Mientras Rosa María reside en Alemania, su madre enviaba mensajes desesperados en busca de ayuda. "Le quitaba el teléfono y la mantenía incomunicada", cuenta, recordando el horror de un día en que su madre fue encerrada en un baúl. "Cuando logró llamar, me dijo: ‘Mándame ayuda, que me mata'", recuerda con la voz entrecortada.

La noche fatídica

En la noche de su asesinato, Rosalía había estado cenando con otra de sus hijas antes de regresar a su hogar. "No entiendo cómo fue llevada a Motril. Siempre pedía ayuda en emergencias", señala con desesperación. La familia sospecha que la reciente indemnización por daños sufridos a manos del agresor pudo ser un detonante fatal.

Un final devastador y la búsqueda de justicia

Tras la agresión, el presunto asesino intentó cubrir sus huellas, con la versión de que Rosalía se había caído. Sin embargo, al llegar la policía y los servicios de emergencia, se encontraron con una mujer inconsciente. Su familia fue informada que no sobreviviría, y en un desgarrador último adiós, pudieron comunicarse con ella a través de una videollamada.

Cártama se une en su memoria

Cártama, la localidad de Rosalía, ha levantado la voz en su memoria, organizando una concentración en repulsa, sumando fuerzas para que su trágica historia no quede en el olvido. Rosa María clama por justicia, exigiendo que la ley se endurezca para proteger a las víctimas de la violencia de género. "Esto no se merece", concluye con una mezcla de indignación y tristeza.