Ciencia

Tragedia en la Regata Sídney-Hobart: Dos muertes y numerosos heridos por vientos extremos

2024-12-27

Autor: David

Tragedia en la Regata Sídney-Hobart

La regata de Sídney a Hobart, uno de los eventos náuticos más emblemáticos de Australia, ha sido golpeada por una tragedia durante estas festividades navideñas. Conocida por sus desafiantes recorridos de 630 millas náuticas, este año el clima adverso y los vientos intensos han llevado a la muerte de dos participantes en plena competencia.

Según ha informado la organización del evento, los incidentes fatales ocurrieron en la noche de jueves a viernes, en momentos críticos mientras los competidores ajustaban las velas de sus embarcaciones. David Jacobs, comodoro del Club de Yates de Crucero de Australia, expresó el profundo pesar de la comunidad náutica, afirmando que "todo el mundo está devastado" por lo ocurrido.

Las autoridades confirmaron que los fallecidos tenían 55 y 65 años respectivamente y que uno de los incidentes se produjo poco antes de la medianoche, mientras que el segundo ocurrió a las 2:30 de la madrugada. Joe McNulty, superintendente de Nueva Gales del Sur, explicó que la potencia de la botavara, un componente vital de la embarcación, pudo haber jugado un papel crucial en los accidentes.

Un tercer incidente menos grave también se reportó, donde un participante cayó al agua pero logró ser rescatado. Un cuarto competidor sufrió una fractura en el hombro tras ser atrapado en las difíciles condiciones de navegación. Las embarcaciones involucradas han sido retenidas por la Policía para investigar los detalles de estas trágicas circunstancias.

El mal tiempo no solo afectó la seguridad, sino que también ha desviado la atención del espíritu de camaradería que caracteriza a la regata. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, hizo un llamado a la reflexión: "Es desgarrador perder vidas en un evento que debería ser una celebración. Nuestros pensamientos están con las familias y seres queridos de los fallecidos".

La regata Sídney-Hobart, que se lleva a cabo desde 1945 cada 26 de diciembre, es una tradición profundamente arraigada en la cultura australiana. Este año, la comunidad náutica se pregunta cómo mejorar la seguridad en futuras ediciones, con la esperanza de que tragedias como estas no se repitan. La situación actual ha movido a los organizadores a replantear sus protocolos de seguridad, lo que seguramente será un tema candente en las discusiones de este fin de año.