La madrugada de hoy se ha convertido en un día trágico para Canarias, ya que un cayuco con 84 personas a bordo naufragó cerca de El Hierro, lo que podría marcar un antes y un después en la historia migratoria de la región. Las primeras estimaciones sugieren que este desastre podría ser la mayor tragedia migratoria en Canarias en 30 años, superando la tragedia de Los Cocoteros en 2009, que dejó 25 muertos.

A medida que avanzan las operaciones de rescate, Salvamento Marítimo ha recuperado hasta ahora nueve cuerpos, mientras que se busca a 48 desaparecidos. De los ocupantes del cayuco, solo 27 han logrado sobrevivir después de que la embarcación volcara a tan solo siete kilómetros de la costa, lo que representa una situación crítica que sigue desarrollándose.

Este triste evento resalta la creciente peligrosidad de la Ruta Canaria, que en los últimos años ha visto constante un aumento en el número de migrantes que intentan llegar a Europa desde África. Organizaciones como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han reportado múltiples naufragios en el Atlántico, siendo la tragedia de Los Cocoteros la más mortal hasta la fecha. Sin embargo, el histórico naufragio de Morro Jable en 1999, que dejó a nueve jóvenes marroquíes muertos, también marca un hito en esta difícil travesía.

La situación en la que se encuentran actualmente los supervivientes es alarmante, y muchas familias están en la espera angustiosa de noticias sobre sus seres queridos desaparecidos. La comunidad internacional llama a una reflexión profunda sobre las condiciones que impulsan a tantos a arriesgar sus vidas en búsqueda de un futuro mejor.

El flujo migratorio no solo es un tema preocupante para Canarias, sino que se ha convertido en una crisis humanitaria global. Este incidente pone de manifiesto la urgencia de atender las causas que llevan a las personas a embarcarse en viajes tan peligrosos y la necesidad de brindar asistencia y protección a quienes buscan refugio y oportunidades en el extranjero.