En un devastador giro de los acontecimientos, la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que ha azotado España ha dejado su huella letal en Catalunya y Valencia, causando al menos 219 muertes y más de 93 desaparecidos, según informaciones actualizadas. Valencia es la región más afectada, donde se reporta la mayor parte de las víctimas. La situación se agrava al conocerse que cientos de hectáreas de cultivo han quedado devastadas, y los agricultores calculan pérdidas que podrían alcanzar los 300 millones de euros.

Las imágenes satelitales antes y después del desastre muestran el extenso daño hecho por las lluvias torrenciales y las inundaciones. Las calles de ciudades como Barcelona y Valencia se han visto anegadas, y cortes de tráfico y cancelaciones de vuelos son reportados continuamente.

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha alertado sobre el surgimiento de casos de gastroenteritis como consecuencia de las aguas estancadas. “La vigilancia sobre la salud pública es crucial en este momento”, afirmó, advirtiendo de la posible proliferación de patógenos que pondrían en riesgo la salud de la población.

Mientras tanto, un total de 736 palés de suministros básicos, alimentos y herramientas han sido enviados desde Madrid para apoyar a las víctimas de la DANA. La coordinación y apoyo entre comunidades es un foco importante, como lo demuestra el reciente envío de un nuevo equipo de 82 profesionales desde las Islas Baleares para ayudar con las labores de rescate y limpieza en las áreas más afectadas.

El Ministerio de Defensa ha desplegado más de 5.000 efectivos para labores de recuperación, incluyendo el achique de agua de viviendas y búsqueda de personas desaparecidas, destacando la importancia de la respuesta coordinada ante la emergencia.

Aún se espera que las lluvias persistan, con avisos en Catalunya que se extenderán al menos hasta el viernes, lo que podría complicar aún más la ya difícil situación. Las autoridades continúan trabajando para garantizar la seguridad y bienestar de todos los afectados mientras se preparan para la recuperación a largo plazo.

Este devastador evento climático resalta la creciente preocupación sobre el impacto del cambio climático en España, y abre un debate urgente sobre las medidas preventivas y de preparación necesarias para el futuro. Ante esta crisis, la solidaridad y el apoyo comunitario son esenciales.