Los hermanos, desde pequeños, desarrollan un vínculo especial al compartir el mismo hogar, recuerdos familiares y experiencias cotidianas. Sin embargo, a pesar de enredarse en un ADN común que representa aproximadamente el 50%, las diferencias individuales pueden ser notables, lo que lleva a que, aunque los padres lo nieguen, exista un niño o niña preferido en casa.

En la ficción, este tema se toca con mayor libertad que en la vida real. Series populares como *Succession* y *The Crown* muestran cómo los padres eligen a sus favoritos según sus necesidades o conveniencia. En *Friends*, el favoritismo de los padres hacia Ross es notable, pasando por alto los logros de su hermana Monica. Estos ejemplos reflejan una realidad menos abordada pero muy palpable en las dinámicas familiares.

Más allá de la cultura pop, la investigación de la Asociación Estadounidense de Psicología valida lo que muchos temen admitir: el favoritismo existe y se manifiesta sutilmente. Un estudio llevado a cabo por el profesor Alex Jensen de la Universidad Brigham Young concluye que, en general, los hermanos menores suelen gozar de un trato más indulgente por parte de sus progenitores, mientras que los mayores disfrutan de más autonomía.

Factores como el género y la personalidad también influyen en esta dinámica. Un análisis exhaustivo de 30 investigaciones y más de 9.000 participantes revela que las padres tienden a dar un ligero favoritismo a las hijas en comparación con los hijos y que los comportamientos agradables y responsables suelen resultar en un mejor trato, sin importar el orden de nacimiento.

Es crucial abordar estas dinámicas familiares. La investigación sugiere que aquellos niños que sienten que son menos favorecidos pueden desarrollar problemas de salud mental y comportamientos disruptivos. Jensen señala: "A veces, los padres están tan concentrados en ofrecer igualdad que ignoran las necesidades individuales de cada hijo". Al reconocer patrones de comportamiento, los padres pueden construir vínculos familiares más sanos y efectivos.

El favoritismo, ya sea consciente o inconsciente, tiene el poder de influir significativamente en la relación entre hermanos y su bienestar personal. Como apunta el estudio, la clave está en dedicar tiempo de calidad a cada hijo, lo que fortalece sus lazos familiares y contribuye a un ambiente hogareño más armonioso. En definitiva, entender y trabajar sobre estas diferencias puede llevar a una familia más unida y feliz.