Luis Canto se encuentra en una situación desesperante en Picanya, amontonando trozos de muebles destrozados frente a su casa mientras algunos amigos lo ayudan a achicar el garaje. Hoy, domingo, se anunció que las fuerzas militares llegarán a este pueblo, que ha sido uno de los más afectados por el fenómeno de la DANA. Sin embargo, Luis mantiene una intensa frustración: 'Aquí no ha venido nadie. Es una vergüenza', expresa con indignación.

Las condiciones son tan críticas que Luis comparte que, para sentirse seguro, duerme cada noche con la puerta abierta y un cuchillo bajo la cama. 'No puede ser que no dejen pasar a los voluntarios a ayudar, hoy es domingo. Necesitamos manos, muchas manos. Ahora vienen las primeras comitivas, después de cinco días de sufrimiento', lamenta.

Además de la falta de asistencia, los habitantes de Picanya enfrentan la real preocupación de que las malas condiciones climáticas puedan agravar aún más la situación. La comunidad clama no solo por ayuda material, sino también por la pronta intervención de las autoridades para restaurar la normalidad en su vida diaria. Sin duda, la historia de Luis es un reflejo del angustiante panorama que muchos están viviendo en esta localidad afectada por desastres naturales.