Este lunes, el buque mercante ruso Ursa Major se vio envuelto en un dramático naufragio en aguas internacionales, específicamente entre las costas de Águilas (Murcia) y Orán (Argelia). Una explosión en su sala de máquinas desencadenó un caos a bordo, dejando a 14 miembros de la tripulación rescatados, mientras que dos personas siguen desaparecidas.

El tabloide británico The Sun ha revelado especulaciones alarmantes sobre el propósito del Ursa Major, sugiriendo que podría haber estado involucrado en una misión secreta del presidente ruso, Vladímir Putin. Aunque el destino exacto del barco aún es incierto, fuentes de inteligencia tanto de Ucrania como de España plantean la hipótesis de que la embarcación se dirigía a Siria para retirar equipos estratégicos tras el colapso del régimen de Bashar al-Assad.

Las operaciones de rescate se llevaron a cabo con la ayuda de varios buques que estaban en la zona y, posteriormente, se unieron los especialistas de Salvamento Marítimo con el buque Clara Campoamor y la patrullera de la Armada Serviola. La rápida respuesta de estos equipos ha sido vital en la recuperación de los sobrevivientes.

El Ursa Major, de bandera rusa, zarpó de San Petersburgo hace 12 días, con la intención de llegar al puerto de Vladivostok el próximo 22 de enero. Este mercante, construido en 2009 y con 15 años de antigüedad, aparentemente transportaba no solo dos grúas portuarias sino también componentes para la construcción de rompehielos, lo que aumenta las dudas sobre su misión y el verdadero destino del cargamento.

Esta noticia ha generado tensiones en la comunidad internacional y ha despertado la atención sobre las actividades marítimas rusas en el Mediterráneo, con analistas que sugieren que estamos ante una nueva fase en la estrategia naval de Rusia en la región. ¿Qué otros secretos se esconden en las profundidades del mar? Mantente atento a las actualizaciones.