La Cancillería de Brasil ha emitido un comunicado contundente este viernes, expresando su sorpresa ante el "tono ofensivo" que ha utilizado el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela en medio de una creciente disputa diplomática. Este conflicto se intensificó cuando, a principios de esta semana, Maduro decidió retirar a su embajador en Brasil en respuesta a lo que denominó como "declaraciones intervencionistas y groseras" desde Brasilia, especialmente después de que el gobierno de Lula da Silva bloqueó el intento de Venezuela por unirse al grupo BRICS de economías emergentes.

El Palacio Itamaraty subrayó que la retórica agresiva de Caracas se aleja de la postura respetuosa que Brasil ha mantenido hacia Venezuela y su población. En el comunicado, se destaca: "Brasil siempre ha promovido el principio de no intervención y respeta plenamente la soberanía de cada nación, especialmente de sus vecinos".

Además, se recordó que la participación de Brasil en el proceso electoral venezolano es en calidad de testigo en los Acuerdos de Barbados, con el objetivo de colaborar en la paz y la estabilidad en la región, especialmente tras las elecciones del 28 de julio que estuvieron rodeadas de acusaciones de fraude.

El régimen chavista reaccionó muy rápidamente, convocando a consultas a su embajador en Brasil tras el veto que enfrentaron en la cumbre de los BRICS en Rusia. Un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela anunció que "se ha decidido convocar a consultas, de manera inmediata, al embajador Manuel Vadell" debido a las acciones brasileñas que, según argumentan, contravinieron la aprobación del resto de los miembros del BRICS.

La comunicación oficial del régimen de Maduro fue clara: se está "reproduciendo el odio, la exclusión e intolerancia promovidos desde los centros de poder occidentales para impedir el ingreso de la patria de Bolívar" a esta organización.

Por su parte, el ministro de Exteriores de Venezuela, Yván Gil, se reunió con el encargado de negocios de Lula da Silva en Brasil, donde expresó su "más firme rechazo" a lo que consideró "declaraciones injerencistas y groseras". Esto apunta especialmente a Celso Amorim, asesor del presidente brasileño en asuntos de política exterior.

Recientemente, Amorim comentó que Venezuela "rompió la confianza" que existía entre ambos países al negarse a presentar las actas oficiales de las recientes elecciones y al oponerse a un escrutinio independiente. "No se trata de democracia, sino de una ruptura de confianza. Nos dijeron una cosa y no se cumplió", afirmó en un intento de justificar la decisión de Brasil de bloquear el ingreso de Venezuela al BRICS.

Las relaciones entre Brasil y Venezuela están en uno de sus peores momentos. Según fuentes del gobierno brasileño, Lula da Silva ha perdido la paciencia con Maduro. Desde el 10 de enero, cuando asuma un nuevo mandato presidencial en Venezuela, Brasil dejará de reconocer al líder chavista como jefe de Estado. Aunque no se prevé una ruptura total, seguramente habrá un "profundo enfriamiento" entre ambos países, lo que podría tener impactos significativos en la dinámica regional.

Esta situación evidencia lo delicada que se ha vuelto la relación entre ambos países, con repercusiones para la política latinoamericana y la cooperación regional, así como para la estabilidad en América del Sur. ¿Cómo se desarrollarán estos acontecimientos en los próximos días? ¡Estaremos atentos!