Salud

TDAH en España: ¿Por qué el diagnóstico temprano puede cambiar vidas?

2024-09-29

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un tema crítico en la salud pública de España, afectando a cerca del 6% de los niños y adolescentes y a cerca del 3% de los adultos. Sin embargo, expertos advierten que estas cifras podrían estar subestimadas. Cada vez más, se reconocen los impactos negativos de no diagnosticar adecuadamente a los adultos, que suelen vivir con el trastorno sin saberlo, enfrentándose a dificultades en el entorno laboral y personal.

En la última década, la percepción sobre el TDAH ha cambiado drásticamente. Antes, era común escuchar frases despectivas como "no sirve para estudiar" para justificarse ante el bajo rendimiento académico. Afortunadamente, la información y la conciencia sobre el TDAH han crecido, llevando a más padres a buscar un diagnóstico temprano para sus hijos. Sin embargo, la complejidad del trastorno significa que muchos todavía no reciben el tratamiento adecuado.

Según el neuropediatra Manuel Antonio Fernández, el TDAH es un trastorno neurológico que afecta el autocontrol y la regulación emocional. Los síntomas varían, con tres áreas principales: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Pero su impacto va más allá del aula, afectando la interacción social y la autoestima de los afectados.

Uno de los retos más significativos es el diagnóstico precoz. "Los síntomas del TDAH pueden confundirse fácilmente con trastornos de la comunicación o problemas de ansiedad y depresión", señala Fernández, quienes subraya la importancia de que los diagnósticos se realicen entre los 6 y 3 años con profesionales calificados. Herramientas innovadoras como la realidad virtual también están empezando a ofrecer perspectivas objetivas en el diagnóstico.

Sin embargo, el TDAH no afecta a todos de la misma manera. Las niñas, por ejemplo, tienden a manifestar síntomas de forma más emocional y menos conductual que los niños, lo que puede llevar a que sean diagnosticadas menos frecuentemente y a menudo se les pase por alto.

El tratamiento del TDAH es multidimensional y no se limita a la medicación. Existen enfoques terapéuticos que combinan intervenciones emocionales, conductuales y educativas, y se ha comprobado que la medicación puede ser efectiva en hasta un 70% de los pacientes, con resultados visibles en pocos días. Fernández compara la medicación con un tapón que necesita ser del tamaño y forma correctos, indicando que no es la única solución, sino una de las muchas herramientas disponibles.

Además de los efectos individuales del TDAH, se enfrenta un estigma social que impacta la autoestima y la salud mental de quienes lo padecen. Muchos niños sufren acoso escolar, lo que acentúa sus desafíos diarios y alimenta un ciclo de frustración y ansiedad.

La gran pregunta es: ¿se puede superar el TDAH? Fernández es optimista y sostiene que, con un tratamiento adecuado, muchos pacientes pueden vivir vidas plenas. Varios han llegado a lograr altos niveles de éxito en sus estudios y carreras, evidenciando que el TDAH no es una maldición, sino una condición manejable.

En conclusión, el diagnóstico temprano y un enfoque integral son fundamentales para ayudar a quienes enfrentan el TDAH a llevar una vida más exitosa y satisfactoria. No dejemos que el estigma y la desinformación oscurezcan el camino hacia la comprensión y el apoyo necesario para quienes viven con esta condición.