El viernes 20 de septiembre, el aclamado actor Javier Bardem (55 años) celebró en grande su vida profesional al recibir el prestigioso Premio Donostia en el Festival de San Sebastián. A su lado, se encontraban su esposa, la famosa actriz Penélope Cruz (50), y sus dos hermanos, Carlos (61) y Mónica Bardem (60), quienes compartieron una noche llena de emociones.

El discurso de Bardem fue profundamente emotivo, destacando su amor y respeto hacia Penélope. Él expresó: "A una mujer a la que amo, y con la que comparto una vida..." y agradeció por su dedicación a la familia y al arte, haciendo que Penélope se emocionara hasta las lágrimas.

Tras el evento, la pareja optó por celebrar con una cena familiar en el famoso Restaurante Akelarre, dirigido por el chef Pedro Subijana, un reconocido maestro culinario con tres estrellas Michelin. Fueron recibidos de manera cálida y disfrutaron de una experiencia gastronómica única, deleitándose con exquisitos platos típicos de la región vasca, como el bacalao y la flor de bacalao.

Subijana no perdió la oportunidad de inmortalizar el momento con una fotografía junto a la famosa pareja, que compartió su alegría con los comensales. La cuenta de Instagram del restaurante felicitó públicamente a Bardem por su premio, reconociendo la inspiración que representa para muchos.

Además de la cena, Javier y Penélope visitaron la bodega de txakoli Hika, donde degustaron este famoso vino vasco. La bodega, aunque relativamente nueva, ha ganado notoriedad por su producción exclusiva, y los actores no dejaron pasar la oportunidad de disfrutar de un buen vino en buena compañía, acompañados por su amigo, el director de cine Fernando León de Aranoa (56).

Sin embargo, no todo fue celebración. En un giro inesperado, Javier Bardem vivió un momento de tensión durante un evento posterior en el hotel María Cristina. Se sintió engañado por los organizadores, ya que creía que el encuentro era una celebración íntima en honor al cineasta Bigas Luna, pero se dio cuenta de que era un evento promocional con una gran convocatoria de prensa. Bardem decidió abandonar el lugar, expresando su descontento: "Esto es una encerrona", afirmó con visible molestia.

En medio de esta controversia, Bardem mostró respeto por la memoria de Bigas Luna, asegurando que su presencia era por admiración hacia el director. A pesar del enfado, se tomó un momento para posar junto a la hija de Luna y a un amigo de la familia, antes de marcharse a "tomar con urgencia" un avión, dejando en evidencia su compromiso tanto con la memoria de su amigo como con su propia vida profesional.