Sobrevive a la devastadora riada del 57, pero su corazón no aguanta la tragedia de la Dana
2024-11-05
Autor: María
Mari Cruz Brazales García tuvo una vida marcada por la adversidad. Nacida en 1936, en plena guerra civil española, su infancia en Madrid estuvo llena de dificultades. Posteriormente, se trasladó a Valencia, donde, a la temprana edad de 21 años, perdió todo lo que tenía durante la catastrófica riada de 1957, cuando el río Turia desbordó sus cauces. Tras esa tragedia, Mari Cruz se mudó a Beniparrell, donde levantó de nuevo su vida, construyó un hogar y crió a sus siete hijos y más tarde a cinco nietos y cinco bisnietos.
Lamentablemente, la historia se repitió el 29 de octubre de 2023, cuando la Dana inundó su hogar. Esta vez fue un golpe devastador, pues muchos recordaban cómo ella había luchado para levantarse tras la riada del 57. Mari Cruz murió al día siguiente de sufrir un infarto, una reacción inevitable tras pasar la noche en estado de shock.
"Mi abuela fue una persona increíble, muy querida en el pueblo", comenta Rafa, su nieto. Su rostro amable y su carácter sociable la convirtieron en un pilar de la comunidad. A pesar de haber perdido a dos de sus hijos, siempre mantuvo el amor y la atención hacia su familia, convirtiéndose en una figura fundamental en sus vidas.
La inundación en Beniparrell fue brutal; Mari Cruz residía en una zona de casas bajas, donde las estrechas calles apenas permitían el paso de vehículos. Durante la riada, el agua rodeó su hogar: "le entraba agua por los dos lados de la casa", relata su nieto, subrayando la magnitud del desastre.
Rafa intentó ayudar a su abuela tan pronto como vio el nivel del agua aumentar. A pesar de que un coche de la Guardia Civil pasó cerca, no recibió la ayuda que necesitaba. Fue un amigo de la Policía Local quien finalmente le echó una mano para rescatarla. Cuando llegó, la casa estaba completamente a oscuras y sumergida. "Estaba en estado de shock, desesperada, y me costó sacarla de allí", recuerda Rafa.
"Aunque mi abuela no se ahogó, su corazón no resistió la carga emocional de lo que había perdido", concluye Rafa, insistiendo en que su abuela es víctima de esta nueva catástrofe natural, como lo fue en el pasado. La comunidad llora la pérdida de Mari Cruz, un símbolo de resistencia y fortaleza que desafió a la adversidad durante toda su vida. Su muerte nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de cuidar a nuestros seres queridos en tiempos de crisis.