La crisis de público en las WTA Finals en Arabia Saudí: ¿Una farsa de lavado de imagen?
2024-11-05
Autor: Carmen
Las ocho mejores tenistas del mundo han llegado a Riad para lo que debería ser una celebración del deporte femenino, pero la realidad es muy distinta. Bajo el resplandor de los focos, figuras como Swiatek y Sabalenka compiten por el título de la WTA, mientras las gradas permanecen desoladoramente vacías. A pesar de que los precios de las entradas son ridículos en comparación con otros eventos deportivos de élite, el interés local parece ser mínimo.
Con un aforo que alcanza las 5,000 personas, la asistencia a algunos partidos ha sido dramáticamente baja. En la confrontación entre Swiatek y Krejcikova, solo 400 espectadores se presentaron. A pesar de esta desoladora escena, las jugadoras se esfuerzan por mantenerse optimistas. Jessica Pegula señaló: 'Estamos acostumbradas a jugar en lugares con poco público, incluso en pandemia, donde no había nadie'.
Arabia Saudí ha impuesto un gran incentivo financiero para motivar a las tenistas en esta gira, pero la atmósfera sigue siendo sombría. La WTA sigue defendiendo su decisión de celebrar el evento en este país, argumentando que están trayendo el tenis a una nueva audiencia, aunque las cifras de asistentes sugieren lo contrario. La organización incluso se aventuró a afirmar que hubo una buena asistencia el día inaugural, aunque la realidad fue muy diferente con las gradas casi vacías.
El desafío de atraer espectadores está lejos de ser resuelto. La WTA argumenta que el domingo es el inicio de la semana laboral en Arabia Saudí y, por lo tanto, esperaban un público reducido, pero esto no justifica tener menos del 10% de asistencia en un evento que reúne a las mejores jugadoras del mundo. En comparación, grandes torneos como el Mutua Madrid Open se agotan meses antes de su inicio, a menudo en días laborables y con precios notablemente más altos.
A pesar de los intentos de resaltar algún éxito, como la afirmación de que otro partido tuvo el 70% de ocupación, la falta de público es evidente. Las entradas más económicas al evento apenas cuestan seis dólares, lo que es insignificante en uno de los países más ricos del mundo. Las excusas sobre la programación de ediciones anteriores no pueden ocultar el hecho de que hay un gran vacío en esta edición.
Tim Henman, extenista y comentarista, expresó su opinión al señalar que los organizadores deberían involucrar más a las comunidades locales y a las escuelas para fomentar el interés. La carencia de aficionados se ha hecho evidente, a pesar de las impresionantes instalaciones y la atención prestada a las jugadoras.
Arabia Saudí está involucrada en lo que muchos denominen 'sportswashing', un término que explica cómo ciertos regímenes utilizan eventos deportivos para mejorar su imagen internacional, a menudo ignorando problemas graves de derechos humanos. En el contexto del deporte, Riad intenta proyectar una imagen afable y abierta, especialmente hacia el deporte femenino a pesar de sus restricciones hacia las mujeres en su propia sociedad.
Martina Navratilova, legendaria tenista, lanzó una crítica mordaz sobre la situación: 'Estamos viendo cambios, ¿no? ¡Ahora nos vamos a Arabia Saudí! Ese es el cambio más grande que podemos ver ahora mismo. Por lo menos no nos vamos a Corea del Norte. Me gustaría ver a más mujeres en posiciones de poder en el deporte', argumentando que a pesar de la dificultad, siempre habrá espacio para la evolución en el ámbito deportivo.
El futuro de las WTA Finals en Arabia Saudí queda en la cuerda floja. Con el ecosistema del tenis femenino enfrentando aún desafíos para atraer a los espectadores, muchos se cuestionan si este evento realmente está favoreciendo al deporte o simplemente es una táctica más en la estrategia de lavado de imagen del país.