Una semana después del inicio de la catástrofe ocasionada por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), el Gobierno español mantiene firme su postura sobre la gestión de la crisis, argumentando que corresponde a la Comunidad Valenciana liderar la respuesta. A pesar del descontento existente dentro del Ejecutivo respecto a la actuación del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, Pedro Sánchez se niega a considerar la intervención del Gobierno central en la crisis, alegando que esto podría restar eficacia a las acciones en marcha.

En una conferencia de prensa en La Moncloa, Sánchez subrayó que no se trata de un debate de quien asume el control, sino de encontrar la mejor manera de responder a la emergencia. “Involucrar al Ministerio del Interior en la gestión de la crisis sería contraproducente; ya hemos habilitado todos los recursos que nos han solicitado y continuaremos haciéndolo”, afirmó el presidente. Además, insistió en que la situación actual es un claro ejemplo de cogobernanza, donde las competencias están repartidas entre diferentes niveles de administración, haciendo hincapié en la necesidad de trabajar en conjunto para ser más eficaces.

El presidente también abordó las críticas que han surgido debido a la percepción de ausencia del Estado. “Todos somos Estado. Los medios de comunicación a veces cometen el error de reduccionismo, olvidando que la Administración General, las autonómicas, provinciales y locales deben cooperar para no restar eficacia”, señaló.

Sánchez citó tres razones clave por las cuales no se ha declarado la emergencia nacional: unidad, eficacia y respeto institucional. Este último aspecto es fundamental para reconocer el trabajo realizado por los funcionarios en las áreas afectadas. "La Administración General del Estado debe complementar su esfuerzo, pero no sustituirlo”, agregó.

En cuanto a futuras decisiones económicas, Sánchez enfatizó que la situación provocada por la DANA resalta la imperiosa necesidad de redactar nuevos Presupuestos Generales para 2025. Aunque no vinculó directamente la necesidad de nuevas cuentas públicas con las ayudas a los afectados, propuso agilidad en la aprobación de un presupuesto que acomode las realidades actuales, especialmente en regiones severamente afectadas como Valencia.

Además, el lunes, durante su visita a Paiporta, donde coincidió con los Reyes y el presidente Mazón, Sánchez tuvo que enfrentar una situación tensa, marcada por altercados y protestas. Según su relato, había diferencias claras entre las manifestaciones legítimas de los ciudadanos afectados por la crisis y los grupos de extrema derecha que intentaron provocar daños. El vehículo de Sánchez fue impactado por una piedra, destacando así la tensión de la situación.

Los hechos en Paiporta no solo reflejan el descontento frente a la situación de crisis, sino también el clima político polarizado en el que se encuentra España actualmente, exacerbado por la cercanía de un año electoral. En este contexto, Sánchez espera lograr consensos políticos que permitan la aprobación de los nuevos Presupuestos para garantizar una respuesta adecuada a las crisis futuras y la recuperación de las zonas afectadas.