Una tarde nublada en el campo de fútbol del Zurguén se tornó en escenario de polémica y tensión. Los equipos CD Ribert B y CD Villamayor B se disputaron un encuentro correspondiente a la Segunda División Provincial de Cadetes que prometía ser una jornada amistosa. Sin embargo, un incidente inesperado manchó la superficie deportiva.

En torno a las 16:30, un aficionado, que observaba el partido desde el exterior del campo, comenzó a lanzar insultos y amenazas hacia el árbitro. Este comportamiento desmedido llevó a la activación del protocolo de seguridad, ya que la situación exigía una atención inmediata para salvaguardar la integridad de los jugadores y oficiales presentes.

Al no poder acceder al infractor en el recinto debido a su ubicación, las autoridades decidieron solicitar la presencia de cuatro patrullas de la Policía Nacional. Tras la rápida intervención, el individuo fue identificado y se logró reanudar el partido, aunque no sin antes causar una breve suspensión que preocupó a los asistentes.

El partido, que continuó bajo un ambiente tenso, finalizó con la victoria del equipo visitante, que se impuso al CD Ribert B con un marcador de 1-2. Este suceso no solo resalta la necesidad de mantener la disciplina en los encuentros deportivos juveniles, sino que también plantea interrogantes sobre el comportamiento de los espectadores y la seguridad en los eventos deportivos. Es crucial fomentar un ambiente respetuoso y deportivo en el fútbol base, donde los jóvenes talentos pueden desarrollarse sin verse afectados por comportamientos negativos. La comunidad futbolística de Salamanca se espera que tome medidas al respecto para evitar que situaciones como esta vuelvan a suceder.