Un Ataque Aterrador en Ucrania

Rusia lanzó el sábado un ataque devastador con más de 600 misiles y drones que se extendió por varias regiones ucranianas, dejando al menos tres muertos y decenas de heridos. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reportó impactos en zonas clave como Dnipropetrovsk, Mykolaiv, Chernihiv, Zaporiyia, Poltava, Kiev, Odesa, Sumy y Járkov.

Zelenski denunció que el enemigo no solo atacó infraestructuras esenciales, sino también áreas residenciales. Un dramático episodio ocurrió en Dnipro, donde un misil de racimo impactó un edificio de gran altura, intensificando el miedo entre la población civil. "No es una acción militar, sino una táctica engañosa para aterrorizar a los ciudadanos y destruir lo que queda de nuestra infraestructura", afirmó.

Devastación y Heridos

Los informes locales revelaron que una persona perdió la vida y otras ocho resultaron heridas en Chernihiv, incluyendo a tres que estaban en un coche durante el ataque. Tristemente, los médicos que respondieron también sufrieron lesiones tras un segundo impacto en la zona.

En Dnipropetrovsk, al menos 30 heridos fueron reportados, con daño considerable a varios edificios en Dnipro, según el gobernador Serhii Lysak.

Defensa Aérea en Acción

La Fuerza Aérea de Ucrania reaccionó con eficacia, derribando 552 de los 619 drones y misiles lanzados por Rusia, en un notable esfuerzo por proteger el territorio.

Kiev Ataca las Refinerías Rusas

Mientras tanto, Ucrania intensificó su campaña contra la industria petrolera rusa, atacando dos refinerías en Saratov y Samara, que representan una porción importante del suministro energético de Rusia. La refinería Saratovsky, por ejemplo, procesa más de 7 millones de toneladas de petróleo al año.

Esta acción es parte de un esfuerzo mayor de Kiev por interrumpir las fuentes de financiamiento que sostiene la guerra rusa contra Ucrania. El ataque también dañó instalaciones de transporte clave en Samara.

Sanciones Europeas en el Horizonte

En una respuesta política, la Comisión Europea propuso nuevas sanciones contra Rusia, enfocándose en el gas natural licuado, las instituciones financieras y otras áreas críticas, como parte de un esfuerzo continuo para debilitar la economía rusa y sus capacidades bélicas.