El mundo del baloncesto español sigue de cerca cada paso de Ricky Rubio, quien se ha convertido en un símbolo de resiliencia tras alejarse de las canchas desde el 2 de junio. Aquel día, su equipo, el FC Barcelona, fue eliminado en las semifinales de la Liga Endesa por el sorprendente UCAM Murcia. Desde entonces, la incertidumbre ha sido la constante en su carrera, dejando a muchos aficionados preguntándose si volverá a jugar.

Han transcurrido 150 días desde su última aparición en la competición, lapso en el cual Rubio ha optado por mantener un perfil bajo. Su única aparición pública reciente ocurrió durante la despedida de su amigo Vítor Claver, donde aseguró que se encontraba "muy bien", si bien no confirmó su regreso. Ricky ha hablado de su proceso de recuperación, indicando que ha estado tomando un tiempo para reflexionar sobre su vida y su carrera, y ha manifestado la necesidad de vaciar el vaso de experiencias pasadas antes de aventurarse nuevamente en el baloncesto.

La presión que ha soportado desde los 14 años, cuando comenzó a destacar en el deporte profesional, ha sido enorme. En este interín, el base ha aprendido a priorizar su salud mental, alejándose de las expectativas externas. La conversación con el seleccionador nacional, Sergio Scariolo, respecto a su ausencia en el Preolímpico de Valencia fue clave, donde se mencionó que Rubio necesitaba un tiempo para reflexionar.

Aunque se han rumoreado vínculos con un posible retorno al Barça, una vuelta al Joventut, o incluso un acercamiento a la Uni­ó Esportiva Montgat para regresar a un baloncesto más puro y sin presión, la realidad es que su enfoque actual se centra en su bienestar personal. A sus 34 años, Ricky ha reconocido que ha sido un periodo de autoescucha y autodescubrimiento. "Voy día a día; cuando eres deportista de élite, todo va muy rápido, y se le da mucha importancia a los resultados."

El 5 de agosto de 2023, Ricky anunció su decisión de renunciar a participar en el Mundial para priorizar su salud mental, un gesto que, aunque inesperado, resonó con muchos en la comunidad del baloncesto. Tras dejar atrás un periodo "oscuro" en su vida, donde comenzó a preguntarse si tenía realmente el control sobre su carrera, Rubio tomó la decisión de pausar su carrera profesional.

En enero de este año, anunció su retirada de la NBA tras llegar a un acuerdo con los Cleveland Cavaliers, lo que le permitió regresar a Europa y unirse al FC Barcelona. En su breve paso por el equipo azulgrana, jugó 15 partidos en la ACB y 13 en la Euroliga, donde dejó indicios de su habilidad con promedios respetables.

A medida que Ricky continúa este viaje de autodescubrimiento, ha encontrado nuevos propósitos a través de su Fundación y el tiempo dedicado a su familia. "He estado aprendiendo a parar y a escucharme a mí mismo, un arte que no había practicado en muchos años. La vida sigue, y lo que importa es cómo lo enfocas", afirma.

Los aficionados del baloncesto esperan ansiosos su decisión final. ¿Volverá a las canchas o seguirá explorando su nueva vida con un enfoque en la sanación y el bienestar personal? Este dilema personal se convierte así en un tema de interés no solo para los amantes del deporte, sino para todos aquellos que buscan inspiración en la lucha por el equilibrio mental y emocional.