En 1975, el reconocido psicólogo Mihály Csíkszentmihályi realizó una profunda investigación sobre los momentos en los que las personas parecen entrar en un estado de "trance de productividad". Durante esos instantes, somos capaces de completar tareas casi de forma automática. Sin embargo, el mismo Csíkszentmihályi observó que a menudo nos enfrentamos a la procrastinación.

La clave de la productividad

Csíkszentmihályi concluyó que la productividad no es meramente un ejercicio físico, sino un estado mental conocido como "flujo". En este estado, el cerebro parece estar en sintonía, sorteando las tareas con facilidad, como si estuviera surfeando las olas. Para lograr alcanzar este estado de flujo, es necesario contar con tres elementos fundamentales: concentración, conocimientos sobre la tarea a realizar y motivación.

Sin uno de estos componentes, el estado de flujo se escapa. Una gran motivación puede ser insuficiente si no posees los conocimientos necesarios, mientras que tener los conocimientos adecuados sin motivación puede hacer que la tarea se complete de forma lenta y sin entusiasmo.

Transformar tareas rutinarias en desafíos

David Melnikoff, experto en productividad y profesor en la Stanford Graduate School of Business, ha investigado cómo los individuos pueden entrar en este estado de flujo productivo. Sus hallazgos sugieren que un toque de incertidumbre puede ser la clave. En una entrevista, Melnikoff compara este fenómeno con el manejo de una máquina tragamonedas, donde cada tirón de palanca ofrece un resultado incierto que se convierte en uno seguro al obtener una respuesta.

Es interesante notar que las redes sociales funcionan de manera similar. Cada desplazamiento por el feed es como jugar a la ruleta emocional: ¿Cómo me sentiré después de ver esto?

Para ser más productivos, Melnikoff aconseja incorporar incertidumbre en nuestras tareas. En lugar de simplemente limpiar la bandeja de entrada, podrías fijarte un tiempo de 15 minutos para responder tantos correos como sea posible, convirtiendo la tarea en un juego competitivo contigo mismo.

La mentalidad de crecimiento

"Si quieres mejorar tu productividad, debes replantear tus tareas de manera que la incertidumbre sea máxima. Así, cuando actúas, puedes reducir la incertidumbre", explica Melnikoff. También, es crucial evitar preguntas cerradas como un simple sí o no. En lugar de cuestionarte si serás capaz de completar una lista de 12 tareas, sería más efectivo plantearte cuántas tareas puedes realizar en un periodo determinado.

Esto no sólo aumenta el nivel de incertidumbre, sino que activa tu motivación, permitiéndote ver tus resultados como un rango en lugar de un simple éxito o fracaso.

Gestión del tiempo como un atleta

Melnikoff recomienda estructurar tu día en segmentos de tiempo cortos, similares a sprints, en lugar de plantear la jornada como una maratón interminable. Al presentar las tareas como desafíos con objetivos a corto plazo, tu cerebro se siente más atraído a concentrarse y permanecer en ese estado de flujo.

Concluyendo, al organizar múltiples retos en lugar de un solo largo compromiso, mantendrás tu interés y evitarás caer en la rutina. Experimentar con la incertidumbre puede ser la clave para desbloquear tu máxima productividad. ¡No dejes que la rutina te frENE! Aplica estos consejos y observa cómo transforma tu enfoque hacia el trabajo.