En un sorprendente avance militar, el vehículo Stryker, reconocido por su eficacia en la lucha contra el uso de drones, ha dado otro paso adelante al incorporar un dron en su arsenal. Recientemente, los soldados de la 7.ª División de Infantería del Ejército de los EE. UU. han puesto a prueba un vehiculo Stryker equipado con un dron capaz de detectar y neutralizar amenazas nucleares, biológicas y químicas (NBC).

Con la nueva actualización del Sistema de Sensores (SSU), el Vehículo de Reconocimiento Nuclear, Biológico y Químico Stryker (NBCRV) se convierte en un detector de última generación. Esta innovadora actualización permite al ejército lanzar un vehículo aéreo no tripulado (UAV) en caso de identificar una amenaza NBC, gracias a la navegación semiautónoma que proporciona un topógrafo dentro del NBCRV.

Una vez en el aire, el dron realiza vuelos estratégicos sobre la amenaza, recolectando muestras que son analizadas por la carga útil de detección biológica para identificar rápidamente la presencia de un agente NBC. Esta capacidad es crucial, ya que permite a los soldados anticiparse a las amenazas y reaccionar antes de que un miembro de su unidad sufra exposición a un agente desconocido. Además, el Stryker puede llevar a cabo reconocimientos de forma autónoma, lo que mejora exponencialmente la seguridad de las tropas en el campo de batalla.

La actualización del SSU incluye seis sensores de agentes químicos que trabajan en conjunto, modernizando las capacidades del NBCRV y preparándolo para el apoyo de operaciones del ejército contemporáneo. Estos sensores son capaces de identificar de manera precisa si la amenaza es química, biológica o nuclear, y determinan la medida más efectiva para contrarrestarla.

Además, el sistema permite combinar vehículos no tripulados con plataformas tripuladas, utilizando tecnología avanzada de sensores y dispositivos robóticos terrestres y aéreos, a fin de detectar y comunicar peligros a los comandantes para una toma de decisiones informada. Este revolucionario avance representa un paso gigante hacia la utilización de tecnología en el campo de batalla, haciendo hincapié en la importancia de adaptarse a los nuevos retos del combate moderno.

Con este tipo de innovación, el ejército de EE. UU. no solo se prepara para enfrentar nuevas y complejas amenazas, sino que también puede salvar vidas al reducir el riesgo de exposición de sus soldados. La guerra del futuro podría convertirse en un escenario donde la tecnología juega un papel crucial, haciendo posible lo que antes parecía ciencia ficción.