Fernando Fariñas, director del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas de Málaga, ha revelado avances sorprendentes en el campo de las vacunas. En una reciente mesa redonda del XII Congreso de la Asociación Española de Vacunología, Fariñas afirmó que las vacunas podrían no solo prevenir, sino también curar enfermedades autoinmunes, diversos tipos de cáncer, y luchar contra enfermedades neurológicas como el Alzheimer y el Parkinson.

"Estamos presenciando un cambio de paradigma", declaró Fariñas. "Las vacunas del futuro serán terapéuticas y personalizadas, diseñadas para curar enfermedades no infecciosas." Este avance coincide con un creciente interés mundial en el desarrollo de más de 300 ensayos clínicos que examinan la eficacia de estas vacunas terapéuticas.

Particularmente prometedores son los ensayos clínicos avanzados que buscan una cura para el cáncer de pulmón. Estos han superado las pruebas de seguridad y se encuentran evaluando su eficacia. Sin embargo, Fariñas advierte que es probable que ninguna vacuna esté completamente desarrollada antes de 2030.

El curador del Instituto de Málaga también destacó que el progreso en el uso de la tecnología de ARN mensajero, utilizada en algunas de las vacunas contra la Covid-19, ha potenciado el interés y la financiación en este tipo de investigación. Esta técnica utiliza material genético que, al ser inyectado, instruye a las células del cuerpo a producir una proteína que activa la respuesta inmunitaria contra las células tumorales sin afectar a las sanas.

Una de las ventajas clave de las vacunas terapéuticas es que prometen ser tratamientos menos invasivos y menos agresivos en comparación con métodos tradicionales como la quimioterapia y la radioterapia. Es crucial, además, aplicar estas vacunas en las primeras etapas de la enfermedad para maximizar su eficacia.

La posibilidad de crear vacunas personalizadas está en el horizonte gracias a esta innovadora tecnología. "Cada tumor expresa proteínas únicas y, si encontramos una proteína que solo se presenta en un paciente específico, podremos desarrollar una vacuna única para él", explicó Fariñas.

Además, la investigación ha demostrado que la eficacia de las vacunas aumenta considerablemente cuando se combinan con la inmunoterapia, que ya está siendo aplicada a miles de pacientes con diferentes tipos de cáncer. Por ejemplo, en el caso del melanoma, la combinación de inmunoterapia con una vacuna de ARN mensajero puede incrementar significativamente la protección del paciente.

Este impulso en las vacunas terapéuticas representa una esperanza palpable para millones en todo el mundo. Los expertos continúan su trabajo incansablemente, teniendo la vista puesta en un futuro donde las vacunas no solo sean herramientas de prevención, sino poderosas aliadas en la lucha contra algunas de las enfermedades más devastadoras que enfrenta la humanidad.