En la lucha global contra el cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero, surgen soluciones innovadoras que podrían cambiar el futuro de la energía. Un ejemplo asombroso es la reciente planta de energía que combina energía solar y eólica para producir un compuesto sorprendente: amoníaco verde.

Construida en Ramme, Lemvig, esta planta es el resultado de la colaboración entre las empresas danesas Topsoe, Vestas y Skovgaard Energy, reconocidas por su compromiso con el desarrollo de tecnologías sostenibles. La planta no solo está operativa, sino que también se destaca como la primera en el mundo en utilizar esta combinación para generar amoníaco, un combustible que se considera superior al hidrógeno verde, aunque presenta la desventaja de ser tóxico.

Con una capacidad total de 62 MW, esta innovadora instalación combina 12 MW de energía de aerogeneradores Vestas V80 y 50 MW de paneles solares bifaciales, optimizando así la producción. Este diseño redundante asegura que si una fuente de energía falla, la otra puede asumir la carga, garantizando un suministro ininterrumpido durante todo el año. Además, un banco de baterías estacionario complementa la capacidad energética de la planta.

El amoníaco producido, gracias a energías 100% renovables, está destinado a ser utilizado en diversas aplicaciones, desde combustibles electrónicos hasta ser un componente clave en la descarbonización de procesos industriales. Este avance no solo marca un hito en la producción sostenible, sino que también establece un modelo a seguir para otros países que buscan cumplir con los objetivos de emisiones cero de CO2 y otras sustancias nocivas para el 2030.

No solo se trata de producir energía limpia, sino que esta planta también tiene el potencial de inyectar electricidad en la red o vender el excedente, convirtiéndose en un ejemplo de economía circular y eficiencia energética. Se estima que generará 5,000 toneladas de amoníaco verde al año, lo cual equivale a evitar la emisión de 8,200 toneladas de CO2 anuales, un impacto positivo significativo en la lucha contra el cambio climático.

Dinamarca se posiciona así como líder en innovación energética y muestra al mundo el camino hacia un futuro más limpio y sostenible. La fusión de estas tecnologías no solo representa un avance tecnológico, sino también un compromiso firme con la salvación del planeta, marcando un paso crucial hacia la transición energética global.