El parásito Plasmodium falciparum, causante de la malaria y transmitido por el mosquito Anopheles, representa una de las principales amenazas para la salud pública global, siendo responsable del 96 % de las muertes por malaria en 2022, según la Organización Mundial de la Salud. La mayor parte de estos casos se registran en África subsahariana, donde la enfermedad es endémica y devastadora.

Un estudio publicado en la prestigiosa revista Science reveló que este parásito ha ido desarrollando múltiples mutaciones que le permiten evadir los tratamientos antipalúdicos existentes. Sin embargo, investigadores han descubierto un nuevo fármaco, llamado MED6-189, que muestra un alto nivel de eficacia contra cepas tanto resistentes como sensibles de P. falciparum.

Este hallazgo se produce gracias a un trabajo colaborativo entre la Universidad de California (Riverside e Irvine) y la Facultad de Medicina de Yale, quienes realizaron ensayos utilizando un modelo de ratón humanizado en el Centro de I+D de Salud Global de GSK, ubicado en Tres Cantos, Madrid. Los resultados son prometedores: el MED6-189 no solo actúa en regiones específicas del parásito, sino que también interfiere en los procesos de tráfico vesicular, complicando la posibilidad de resistencia.

Karine Le Roch, catedrática de Biología Molecular y Celular de UC Riverside y principal autora de la investigación, indica que “la interrupción del apicoplasto y del tráfico vesicular Bloquea el desarrollo del parásito, eliminando la infección en los glóbulos rojos”. Además, el fármaco también demostró ser efectivo contra otros parásitos como P. knowlesi y P. cynomolgi, que afectan principalmente a primates.

Este nuevo compuesto es una auténtica esperanza en la lucha contra la malaria, ya que el parásito ha mostrado resistencia frente a todos los antipalúdicos actuales. Le Roch destaca la importancia de desarrollar clases de compuestos completamente nuevos que atacan diferentes mecanismos biológicos. "MED6-189 tiene un valor de IC50 comparable a los medicamentos antimaláricos efectivos, haciendo de él una herramienta valiosa en esta batalla", subrayó.

Un aspecto clave de esta investigación fue la colaboración con el equipo de Javier Gamo en GSK, quienes modificaron genéticamente a los ratones para que pudieran ser infectados por P. falciparum, permitiendo así una evaluación precisa de la eficacia del fármaco.

El MED6-189 se extrae de esponjas marinas y su síntesis fue realizada en el laboratorio dirigido por el profesor Christopher Vanderwal en UC Irvine. Las esponjas marinas son particularmente prometedoras para el descubrimiento de nuevos fármacos, dado que producen metabolitos complejos con potenciales propiedades terapéuticas.

A medida que avanza la investigación, los científicos están trabajando en optimizar la absorción y distribución del MED6-189 en el organismo humano. Con un modo de acción dual que minimiza el riesgo de resistencia, este nuevo medicamento podría incluirse en futuros protocolos de tratamiento, contribuyendo significativamente a la lucha contra la malaria en regiones afectadas.

Con estos avances, el mundo da un paso esperanzador hacia la erradicación de la malaria. Se plantea una nueva era en la farmacología, donde la innovación y la colaboración científica pueden brindar soluciones efectivas para una enfermedad que ha plaguado a la humanidad durante siglos.