Mercedes González, quien hasta ayer ocupaba un escaño como diputada del PSOE en el Congreso, ha sido designada nuevamente como directora de la Guardia Civil. Este cambio se produce tras la renuncia de Leonardo Marcos, quien estuvo en el cargo solo quince meses. Fuentes del Ministerio del Interior han confirmado esta decisión, marcando un giro significativo en la gestión de la institución.

González dejó su puesto en la Guardia Civil para incorporarse a las listas del PSOE, donde fue elegida parlamentaria. Sin embargo, este lunes, decidió renunciar a su acta, lo que le permitirá regresar a la dirección de la Guardia Civil, una tarea que conoce bien tras haber sido previamente delegada del Gobierno en Madrid. Su ascenso al frente del instituto armado se dio tras la salida de María Gámez, quien dejó el puesto por un escándalo que involucraba a su pareja, aunque este caso terminó archivado.

Como una de las figuras más cercanas al presidente Pedro Sánchez, González ha sido considerada una aliada clave en la estrategia del PSOE, especialmente en la lucha contra la oposición del PP en Madrid. Su regreso llega en un momento en que la Guardia Civil enfrenta varios desafíos y tensiones internas.

Durante su gestión, Leonardo Marcos se encontró con diferencias significativas con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo que llevó a una relación conflictiva entre ambos. A pesar de su experiencia, los intentos de Marcos de definir su propio estilo de liderazgo fue uno de los factores que contribuyó a su salida, sumando a esto una falta de alineación con la visión del ministerio.

Marcos deja su puesto citando razones personales y ha manifestado su deseo de regresar al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Bajo su gestión, la Guardia Civil ha estado involucrada en operaciones mediáticas significativas, incluyendo la investigación del caso Koldo, relacionado con la gestión del Ministerio de Transportes durante la pandemia, y la detención del ex presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, lo que ha mantenido a la institución en el foco de atención pública.

Con este cambio inminente, se espera que González imprima su estilo en la Guardia Civil, lo cual podría marcar un nuevo rumbo en la lucha contra el delito y en la gestión de las crisis internas del cuerpo. ¿Logrará González fortalecer la imagen de la Guardia Civil y su relación con el Gobierno? Solo el tiempo lo dirá.