Este viernes, los estudiantes de Sevilla, Cádiz, Huelva, Málaga y Granada vuelven a las aulas después de la interrupción causada por la DANA, una borrasca que llevó a la Junta de Andalucía a suspender las clases en numerosos centros educativos. La situación ha vuelto a la normalidad luego de que se evaluara la seguridad en cada provincia, gracias al esfuerzo de los técnicos de Emergencias.

En total, más de 1,3 millones de alumnos se vieron afectados el jueves, abarcando alrededor de 4.978 centros educativos. Con el restablecimiento de la actividad escolar, también se reinician las clases en los ciclos superiores y universidades públicas, como la Universidad Hispalense y la Universidad Pablo de Olavide, que han confirmado su retorno a la normalidad.

La Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional ha estado comunicando las novedades a los centros y familias, reconociendo la cooperación y la responsabilidad mostrada por la comunidad educativa durante estos días difíciles. El presidente de la Junta de Andalucía, en un mensaje en la red social X, celebró un regreso "ordenado y seguro" a la normalidad, especialmente en las zonas que necesitaban desalojo en Málaga y Cádiz.

Como medidas preventivas, el martes 12, la Consejería envió casi 2,7 millones de notificaciones a la comunidad educativa advirtiendo sobre la cancelación de las clases debido a las fuertes lluvias previstas en varias provincias. En una intervención en el Parlamento de Andalucía, la titular de Educación, Carmen Castillo, expresó su agradecimiento a la comunidad educativa y a las administraciones públicas por su responsabilidad durante estos días de inclemencias climáticas.

Con la mejora del tiempo, la expectativa es que las actividades académicas se reanuden sin contratiempos y se fomente un ambiente seguro para todos. Estudiantes y familias están aliviados por el regreso a la rutina escolar, pero también se mantienen atentos a las posibles variaciones meteorológicas que puedan surgir en el futuro, recordando la importancia de la preparación ante eventos climáticos extremos.