Venezuela ha denunciado un ataque con "bombas incendiarias" contra su consulado general en Lisboa. El ministro de Exteriores, Yván Gil, acusó al "fascismo" de ser responsable y agradeció a las autoridades portuguesas por su rápida intervención para evitar daños mayores. Según dijo, “las agresiones irracionales de grupos desquiciados no han podido revertir los avances de la revolución bolivariana (chavismo)”. Cuestionando el desarrollo de la situación, imágenes del consulado fueron compartidas tras el ataque, ilustra la creciente tensión que rodea a la nación.

En un intento por salvaguardar su toma de posesión, Nicolás Maduro ha ordenado el cierre de la porosa frontera entre Venezuela y Colombia, como ha hecho en el pasado. Este cierre se implementó unos días antes de su juramentación, vista como ilegítima por la comunidad internacional y varios países.

No obstante, este último período ha sido marcado por el arresto de **75 nuevos presos políticos en un lapso de 11 días**, según ha informado la ONG Foro Penal. Dentro de los detenidos se encuentran 13 mujeres, un adolescente y un extranjero. Se ha especulado que estas acciones buscan desmovilizar a los opositores justo antes de la juramentación de Maduro.

Desde Colombia, el presidente Gustavo Petro ha instado a preservar las relaciones entre ambos países, en respuesta a los llamados a una intervención militar internacional por parte del expresidente Álvaro Uribe, quien considera que se necesita desalojar a la "dictadura" de Maduro.

Mientras tanto, la ONG Espacio Público ha denunciado la desaparición de su director Carlos Correa, quien aún no ha sido localizado tras ser secuestrado por hombres armados. Este incidente subraya las preocupaciones por la libertad de expresión en el país y es visto como parte de una persecución política.

Brasil, a través de su Ministerio de Exteriores, ha expresado su preocupación por las amenazas y detenciones de opositores en Venezuela, reafirmando la necesidad de garantizar libertades esenciales para los líderes opositores.

Más de 19 manifestantes fueron detenidos durante las protestas contra la toma de posesión de Maduro. Las detenciones se repartieron por diferentes estados venezolanos, evidenciando la represión ante cualquier intento de oposición al régimen.

Petro ha insistido en la necesidad de levantar los bloqueos contra Venezuela para facilitar el diálogo político, afirmando que las elecciones no fueron libres bajo un contexto de represión económica y falta de garantías.

Las condenas internacionales han llegado en masa; el G-7 ha denunciado la falta de legitimidad democrática del nuevo mandato de Maduro, y Estados Unidos ha enfatizado su decisión de no reconocerlo como presidente. Además, el Gobierno canadiense ha impuesto sanciones a 14 funcionarios venezolanos en un esfuerzo por presionar al régimen.

A medida que la situación se desarrolla, Edmundo Gonzávez, quien se considera el verdadero ganador de las últimas elecciones, continúa haciendo llamados a la resistencia desde el exterior, afirmando que está listo para ingresar a Venezuela y recuperar la democracia. En este viaducto, el apoyo de figuras internacionales y la movilización de la oposición parecen ser cruciales para enfrentar el régimen de Maduro.

A medida que la tensión aumenta en el país, el futuro político de Venezuela sigue siendo incierto, pero las voces de oposición se fortalecen ante la adversidad.