Este miércoles se produjo un gran cambio en la dirección de CaixaBank, ya que José Ignacio Goirigolzarri anunció su renuncia voluntaria a la presidencia ejecutiva del banco. Después de haber liderado la entidad desde la absorción de Bankia en marzo de 2021, Goirigolzarri dejará su puesto y será reemplazado por Tomás Muniesa, actual vicepresidente, quien asumirá el cargo el 1 de enero de 2025.

Tomás Muniesa tiene una dilatada trayectoria en CaixaBank, entidad en la que ha trabajado desde 1976. A lo largo de su carrera, ha ocupado varios puestos destacados, incluyendo la dirección de Recursos Humanos y la gestión de tesorería y de mercado de capitales. Desde 1997 hasta noviembre de 2018, fue vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de VidaCaixa, lo que lo ha preparado para asumir esta nueva responsabilidad.

Eduardo Muniesa ha manifestado su "gran ilusión" por tomar las riendas de la entidad y ha expresado su compromiso con la empresa y su vocación de servicio. Es licenciado en Ciencias Empresariales y cuenta con un máster en Dirección de Empresas por Esade. Además de ser vicepresidente de CaixaBank, también es responsable de VidaCaixa y SegurCaixa Adeslas, y se desempeña como consejero de Allianz Portugal.

La renuncia de Goirigolzarri marca el fin de un ciclo en CaixaBank, que está preparando su nuevo plan estratégico para el periodo 2025-2027, que se presentará el próximo 19 de noviembre. Este cambio se produce en un contexto en que el Banco Central Europeo (BCE) está instando a las entidades financieras a desagregar sus funciones ejecutivas y no ejecutivas, un movimiento que se ha intensificado a nivel europeo para mejorar la gobernanza en los bancos.

La junta directiva de CaixaBank ha valorado como "enormemente positiva" la gestión de Goirigolzarri, subrayando su papel crucial en la integración de Bankia. En el primer semestre del año, CaixaBank reportó un aumento del 25 % en sus beneficios, alcanzando los 2.675 millones de euros, y se espera con gran expectativa la publicación de los resultados del tercer trimestre que ocurrirá mañana.

El cargo de Goirigolzarri se había limitado a atribuciones de supervisión, mientras que el poder ejecutivo recaía mayormente en el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, quien continuará a la cabeza de la entidad. Con este cambio, CaixaBank retoma un modelo similar al que estuvo bajo la presidencia de Jordi Gual, donde también se limitaban las funciones ejecutivas de la presidencia.

La historia de Goirigolzarri en la banca española es significativa; a sus 70 años, ha sido una figura clave desde su inicio en 1994 en el Banco de Bilbao, que posteriormente se transformó en BBVA. Alcanzó gran notoriedad en 2012, cuando asumió la presidencia de Bankia en un momento crítico para el banco y el sistema financiero español, y luego lideró la exitosa fusión con CaixaBank.

Con la llegada de Muniesa y la próxima hoja de ruta, el futuro de CaixaBank se vislumbra lleno de retos y oportunidades, especialmente en un entorno económico que continúa evolucionando.