La popular red social de videos cortos, TikTok, está en un momento crítico. Aunque el público en general continúa disfrutando de la plataforma, la incertidumbre acecha a los pasillos de la empresa. Un tribunal de apelaciones en Estados Unidos ha desestimado el recurso de la compañía para anular la ley que busca su prohibición, lo que significa que TikTok tiene hasta el 19 de enero para vender su negocio y sus operaciones en el país o enfrentarse a un ban definitivo.

La preocupación en torno a la seguridad nacional sigue siendo el principal argumento detrás de esta normativa. TikTok, que cuenta con 170 millones de usuarios en EE.UU., ha sido considerado una herramienta potencial de espionaje por las autoridades estadounidenses, y por ello, se ha visto obligado a contemplar una venta a empresas locales. La presión es notable, especialmente desde que el Congreso aprobó legislación que otorgó a TikTok un margen de nueve meses para ceder su negocio.

La situación actual se remonta a la administración de Donald Trump. En 2018, el entonces presidente comenzó a implementar sanciones económicas contra China, lo que marcó el inicio de una guerra comercial que continúa hasta hoy. Este conflicto escaló rápidamente, llevando a la prohibición de Huawei y a una serie de investigaciones enfocadas en TikTok debido a preocupaciones de seguridad.

A pesar de los intentos de venta a gigantes tecnológicos como Microsoft y Oracle, TikTok logró esquivar problemas legales previos, hasta que la administración Biden tomó el control. Desde entonces, la presión sobre la red social ha aumentado, y muchos, incluidos los creadores de contenido, están preocupados por el impacto que podría tener una prohibición. La plataforma no solo ha florecido en usuarios, sino que se ha convertido en una vía vital para muchos dueños de negocios y anunciantes, generando ingresos que alcanzan cifras astronómicas.

Lo intrigante es que el regreso de Trump podría no ser necesariamente una mala noticia para TikTok. Aunque fue él quien inicialmente presionó para su desmantelamiento, recientemente ha manifestado su oposición a la prohibición cuando se aprobó la nueva legislación, en parte debido a su rencor hacia Facebook e Instagram. Trump, quien ha desatado su desdén hacia estas plataformas tras la suspensión de sus cuentas, podría ver a TikTok como una forma de debilitar a su antiguo rival, Meta.

Además, el gobierno de Biden tiene la opción de extender el plazo de prohibición tres meses, siempre que se perciba un esfuerzo genuino por parte de TikTok de vender su negocio en EE.UU. Esto podría proporcionar la oportunidad necesaria para que la plataforma busque alternativas y evite su eventual cierre. La fecha clave es el 19 de enero, justo un día antes de que Trump asuma nuevamente la presidencia.

Los usuarios y creadores de contenido, así como la industria publicitaria, están a la espera de cómo se desarrollará este drama, que no solo afecta a TikTok, sino que también podría redefinir el futuro del ecosistema digital en Estados Unidos. ¡La batalla por TikTok está más lejos de terminar de lo que parece!