Desde muy joven, Paula Badosa tuvo una visión clara: quería ser una de las mejores en el mundo del tenis. Su determinación la llevó a la cima en 2021, cuando conquistó el prestigioso torneo de Indian Wells y alcanzó las semifinales de las WTA Finals, escalando al número dos del ranking mundial. Sin embargo, su viaje no fue un camino de rosas, enfrentando la pesada carga de ser comparada con grandes como Maria Sharapova, lo que la sumió en una profunda depresión durante su adolescencia.

A pesar de estos desafíos, Badosa emergió de su oscuro pasado más fuerte y decidida. En 2022, tuvo un año destacado al ganar el título en Sídney y mantenerse entre las 15 mejores del mundo. Pero la suerte no le sonrió durante los últimos meses de ese año, cuando los resultados comenzaron a desvanecerse, culminando en una preocupante pérdida de nueve de sus últimos 11 partidos.

El año 2023 comenzó con más adversidades: una lesión en la espalda la forzó a perderse la Australian Open y, más tarde, sufrió una devastadora rotura de su vértebra L-4, lo que le hizo cerrar un capítulo complicado de su carrera. La situación era tan grave que se disipaba la posibilidad de su futuro en el tenis, mientras que su ranking se desplomaba a la posición 140, la más baja desde 2019.

Sin embargo, la esencia luchadora de Badosa nunca desapareció. "Tengo un reto muy grande: volver a estar donde estaba antes. Es un objetivo que tengo mucho en la cabeza", expresó en un momento de reflexión. Luego de realizar cambios en su equipo y recibir tratamientos efectivos, su situación empezó a mejorar. En mayo de 2024, tras someterse a una segunda infiltración, comenzó a recuperar su juego.

El resurgimiento de Paula fue asombroso. En agosto, levantó el título en Washington y logró llegar a los cuartos de final en el US Open. Ahora, en el comienzo de una nueva temporada, busca un lugar en las semifinales del Abierto de Australia, enfrentándose a la poderosa Coco Gauff, tercera en la clasificación mundial.

Badosa ha compartido su viaje emocional durante este tiempo: "Odio decir esto, pero soy una luchadora. He pasado por muchos momentos duros en mi vida, no solo la lesión. Este proceso me ha ayudado a valorar más las cosas", expresó tras su reciente victoria sobre Olga Danilovic.

A sus 27 años, Badosa ocupa actualmente el puesto 12 del ranking WTA y revela que ha cambiado su mentalidad, encontrando una paz interior que le ha permitido florecer en la cancha. Esta transformación mental es la última pieza que le faltaba a su rompecabezas, y los aficionados están ansiosos por ver hasta dónde puede llegar en este renacimiento.