Conversar con Natalia Arroyo, originaria de Esplugas de Llobregat y nacida en 1986, es sumergirse en el fascinante mundo del fútbol desde diversas perspectivas. Su pasión por el deporte es evidente, ya sea como jugadora, entrenadora, comentarista o analista, y se le reconoce como una de las voces más influyentes en el fútbol femenino español.

Desde muy joven, Arroyo mostraba su amor por el fútbol, un rasgo que ha permanecido presente en su vida. Narraba partidos mientras jugaba videojuegos y, aunque su carrera como jugadora se vio afectada por lesiones, su amor por el deporte no disminuyó. Se reinventó en el campo de la comunicación y el análisis, convirtiéndose en una referencia en los medios de comunicación deportivos. A pesar de disfrutar el papel de comentarista, su verdadera ambición sigue siendo el banquillo.

Natalia cree firmemente que, si hubiera nacido 10 o 15 años después, habría tenido la oportunidad de vivir el fútbol profesional de una manera diferente. Sin embargo, no tiene quejas sobre su trayectoria, reconociendo que su situación ha sido privilegiada en comparación con las mujeres que enfrentaron restricciones para jugar en décadas pasadas. Su transición hacia el periodismo le permitió abrir puertas en clubes como la Real Sociedad, donde dejó una huella significativa en su trabajo, apostando por la cantera y contribuyendo a la estabilidad del club.

Una de las espinas que le quedan es haber perdido dos finales importantes: la Supercopa 2023 y la Copa de la Reina 2024, ambas ante el poderoso FC Barcelona. En particular, resuena su frustración tras la Copa, donde habían superado adversidades y aspiraban a más. A pesar de estas decepciones, valora el proceso y el camino recorrido por su equipo.

En este año, Arroyo decidió tomarse un descanso. Reconoce que necesitaba recuperar energía tras una intensidad que la dejó agotada. Aunque recibió ofertas, no se concretaron porque no cumplían con sus exigencias en términos de motivación y desafío. Natalia se siente revitalizada y lista para nuevas oportunidades, incluso expresando su interés por entrenar en ligas extranjeras.

Sobre la posibilidad de aceptar el rol de seleccionadora, Arroyo se muestra abierta y entusiasta: "No me cierro a nada, me parece un contexto maravilloso". Ha experimentado el fútbol a nivel autonómico y le entusiasma la idea de elegir jugadoras y trabajar en un entorno competitivo de alta presión, como lo son los campeonatos internacionales.

Su nombre ha sonado como posible candidata para el banquillo de la selección española. Aunque ha manejado la situación con calma, siente que la selección, que ha crecido y evolucionado con ella, sería una gran oportunidad. Además, ha mencionado cómo su estilo de trabajo se alinea con la filosofía actual de la selección.

Por último, en cuanto a la posibilidad de dirigir a un club tan importante como el Real Madrid, Arroyo admite que analizaría cualquier oferta que representara un paso adelante en su carrera, sin cerrar la puerta a un futuro en el club más laureado de España. Su pasión por el fútbol y su dedicación la convierten en una figura prominente en el mundo del deporte, y su próxima aventura promete ser tan emocionante como su carrera hasta ahora.