La situación en la zona afectada por la DANA se ha vuelto alarmante, con más de 400 detenidos debido a los saqueos que han desolado comunidades enteras. Este trágico recuento ha sido confirmado por la Guardia Civil y la Policía Nacional, quienes realizan operativos de seguridad reforzados en respuesta a este aumento alarmante en la criminalidad.

A dieciséis días de la catástrofe, se han establecido medidas de seguridad adicionales en varias localidades como Paiporta, que ha contratado a unos veinte vigilantes de la empresa Med Seguridad. Estos operativos preventivos tienen como objetivo disuadir el crimen de 8 de la noche a 10 de la mañana y están coordinados con un puesto de mando ubicado en la misma localidad.

En una de las últimas intervenciones, la Guardia Civil capturó a dos individuos que intentaban robar 16 baterías de iones de litio para energía solar. Los ladrones fueron atrapados en plena madrugada mientras transportaban el material robado en un camión, y se les entregó a las autoridades junto con los objetos sustraídos.

El día de la tragedia, el 29 de octubre, un equipo de seguridad tuvo que desalojar rápidamente el garaje del centro comercial Bonaire en Aldaia. En solo siete minutos, logran evacuar a las personas presentes en el lugar, lo que evitó una posible tragedia mientras las aguas inundaban el área.

Desde entonces, más de 50 vigilantes han estado patrullando activamente comercios, polígonos industriales y otros puntos clave en la zona cero. La Unidad Central de Seguridad Privada de la Policía Nacional también ha puesto en primer plano la necesidad de más seguridad en estas áreas, priorizando la solicitudes de vigilantes adicionales.

A pesar del aumento en el número de arrestos, los saqueos han comenzado a disminuir. Los actos delictivos fueron más frecuentes en las primeras noches, cuando muchas áreas estaban a oscuras y había escaso personal de seguridad. Pero la situación sigue siendo tensa: grupos de delincuentes han atacado tiendas, supermercados y farmacias, incluso amenazando a residentes y vigilantes con palos.

La Fiscalía de Valencia ahora busca prisión preventiva para varios de los detenidos, argumentando que sus acciones fueron especialmente despreciables, aprovechándose de la vulnerabilidad provocada por la DANA. Sobre ellos pesa el agravante de que los robos se produjeron en un contexto de desastre natural, elevando la gravedad de sus delitos.

Las inundaciones han dejado a la comunidad expuesta a criminales, con supermercados, hogares y vehículos vulnerables a lo que parecen ser robos oportunistas. Sin embargo, el panorama no es completamente desolador: ahora hay patrullas policiales adicionales y un aumento en la vigilancia comunitaria. Los vecinos están en constante alerta, reportando cualquier actividad sospechosa a los números de emergencia 112, 091 o 062.

La respuesta comunitaria ha sido ejemplar, con ciudadanos vigilando desde sus hogares y volviéndose activos defensores de la seguridad de su vecindario. La lucha contra el crimen tras la DANA es un trabajo conjunto que haz que las comunidades unidas puedan más que la adversidad.