La ministra María Jesús Montero está a punto de dar un paso decisivo en su carrera política: tiene hasta este viernes para formalizar su precandidatura a la secretaría general del PSOE-A. Este paso es crucial, ya que deberá recoger un mínimo de 5,000 avales, un desafío considerable para su único oponente hasta ahora, Luis Ángel Hierro, un militante del PSOE en Sevilla.

A pesar de que Juan Espadas, el actual secretario general, no ha señalado directamente a Montero como la "opción ganadora", su intención de dar un paso al lado ha estado ligada desde el inicio a la figura de la ministra. Espadas ha estado analizando las dinámicas internas y, aunque ha considerado diferentes alternativas, siempre ha creído que tenía más posibilidades de triunfar en las primarias.

Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente desde el último Congreso Federal. El escenario que había diseñado Espadas para seguir al frente del PSOE andaluz y preparar su camino hacia las elecciones de 2026 se ha visto alterado. Las voces a favor de un cambio se han multiplicado, y existe un creciente consenso entre los líderes provinciales sobre la necesidad de un relevo, lo que podría conducir a un tenso enfrentamiento en las primarias. Muchos temen que este conflicto debilite aún más al PSOE andaluz, que ya enfrenta desafíos estructurales y electorales.

Con la llegada de nuevas corrientes y una presión considerable para que se produzcan cambios, la figura de María Jesús Montero podría ser clave para revitalizar el partido en Andalucía. Su experiencia como vicepresidenta del Gobierno y su posición en el PSOE federal la colocan en una posición competitiva. A medida que se acerca la fecha límite, todos los ojos están puestos en Montero y las decisiones que tome, ya que su candidatura podría marcar un nuevo rumbo para el socialismo andaluz.