El cine, en su esencia, se basa en la premisa de que todo lo que presenta es ficción, aunque ningún espectador lo exprese en voz alta. Nos dejamos llevar por la creencia de que solo la ficción puede salvarnos, mientras que la realidad parece condenarnos. Esta dualidad es explorada a lo largo de la obra 'El impostor' de Javier Cercas, donde la conclusión final es todo lo contrario: la realidad a veces puede ser más engañosa que la ficción. En ella, Cercas utiliza la escena final del Quijote, donde Alonso, el protagonista, finalmente cuestiona su propia historia tras años de ilusiones. Ese viaje entre la verdad y la mentira es el núcleo de 'Marco'.

La película, dirigida por Aitor Arregi y Jon Garaño, se centra en la figura de Enric Marco, un hombre que se convirtió en un héroe y luego en un villano. Marco fue, en su momento, líder de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y presidente de la Amical de Mauthausen de España, donde compartió su supuesta experiencia como sobreviviente de los campos nazis. Su historia inspiró admiración, pero todo se desmoronó cuando se descubrió que había engañado a todos, creando una identidad falsa como víctima de la II Guerra Mundial.

'Marco' comienza con un aviso que establece el tono del filme. No se permite el juicio, ya que el espectador es el único que debe formar su propia opinión sobre la vida de este hombre. Aquí se revela cómo una mentira, a pesar de su inmoralidad, puede resonar en el público. Los directores eligen confundir al espectador a través de una narrativa que entrelaza la realidad y la ficción de manera intrigante. La interpretación de Eduard Fernández es impresionante y a menudo provoca confusión entre la verdad y el engaño, aunque a veces la película tiende a ser excesivamente fiel a los hechos, lo que puede resultar cansado.

El personaje de Enric Marco, interpretado por Fernández, es un retrato del narcisismo extremo, pero también refleja un deseo fundamental de ser escuchado y amado—un anhelo humano universal. Su historia ilustra la necesidad de muchos en España de reinventarse después de una dictadura represiva, simbolizándose en la búsqueda de un héroe nacional durante la Transición. Las hazañas de Marco, aunque hoy puedan parecer absurdas, tocaban la corda sensible de una población que quería creer en la reconstrucción de un pasado más glorioso.

A medida que avanza la trama, la narrativa se despliega desde el apogeo de las mentiras de Marco hasta su eventual descubrimiento. La película logra capturar ese limbo donde se difuminan los límites entre la verdad y la ficción. En una escena notable, Marco asiste a una proyección de su propio documental y se dirige a la pantalla para reclamar la verdad sobre sí mismo, un momento en que la película se convierte en un espejo que nos confronta con nuestras propias realidades y deseos.

En resumen, 'Marco' no solo explora la vida de un hombre que vivió en una gran mentira, sino que también plantea preguntas profundas sobre la naturaleza de la verdad y la percepción. Este filme es un poderoso recordatorio de que, en nuestra búsqueda de significado, a menudo estamos atrapados entre miradas irreales y verdades incómodas. Sin lugar a dudas, 'Marco' se erige como una de las obras más impactantes del cine español, donde solo la verdad finalmente nos otorga sentido.