
Los Niños Marcados por la Guerra de Bosnia y Herzegovina
2025-08-30
Autor: Carmen
El Eco Silencioso de la Guerra
Las guerras no terminan con el último disparo ni con la última explosión. Aunque los combates cesan, las cicatrices, tanto visibles como internas, persisten durante años. En Bosnia y Herzegovina, muchos jóvenes que hoy compiten en el Eurobasket, como los jugadores de la selección nacional, han crecido en un país que alguna vez fue un infierno.
Historia de Supervivencia
Dzanan Musa, un exjugador del Real Madrid, nació en 1999, cuatro años después de la firma de los Acuerdos de Dayton que pusieron fin al conflicto. "Soy un niño de la guerra, aunque no lo viví personalmente, lo siento profundamente", expresa Musa, cuyo padre, un héroe para él, combatío durante la guerra.
La Ciudad bajo El Asedio
Musa creció en Bihac, que estuvo sitiada durante tres años. Los habitantes sobrevivían sin electricidad ni agua, refugiándose de los bombardeos y enfrentándose a una escasez extrema de alimentos. Mientras los ojos del mundo se centraban en Sarajevo, el sufrimiento en Bihac pasaba desapercibido.
Una Vida que Vale Oro
"Mi padre siempre decía que lo único importante era seguir vivo", recuerda Musa, ahora jugador en el BC Dubái. A pesar de las tragedias, siente que su vida es un milagro. La familia Musa perdió a dos gemelas durante el conflicto, pero él se aferra a la idea de que cada día es un regalo.
Srebrenica: Un Nombre que Conmueve
Srebrenica es sinónimo de dolor y horror; en julio de 1995, más de 8,000 bosnios musulmanes fueron asesinados en lo que se considera el mayor genocidio en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Otro niño, Emir Sulejmanovic, nació en medio de esa tragedia. Su madre lo trajo al mundo en un bosque, sin unidad médica a la vista, lo que él considera un milagro.
Refugio en la Adversidad
Separado de su padre, quien fue encarcelado en un campo de concentración, Sulejmanovic y su familia buscaron refugio. Finalmente, se establecieron en Finlandia, donde descubrió su amor por el baloncesto.
El Fervor del Deporte como Sanación
En los últimos años, la selección de Bosnia y Herzegovina ha encontrado en el baloncesto una manera de unir a su pueblo. En 2015, 20 años después de la guerra, el equipo U16 ganó el Eurobasket, con musulmanes, católicos y ortodoxos jugando como hermanos, lo que generó un sentimiento de esperanza y unidad entre los bosnios.
El Futuro en Sus Manos
Cada viaje que estos jóvenes deportistas hacen a su patria sirve como una conexión con su historia y su gente. La experiencia de los niños de la guerra se ha transformado en un legado de resiliencia y unidad, mostrando que, a pesar de un pasado desgarrador, el futuro de Bosnia y Herzegovina puede ser brillante mientras siga habiendo esperanza.