En un partido que se asemejaba a un guion cinematográfico, el Sevilla logró finalmente su primera victoria de la temporada ante el Getafe, en un momento crítico donde la presión sobre el equipo ya era evidente. Con un ambiente cargado por las tensiones directivas y una manifestación de hinchas previo al encuentro, el equipo buscaba revertir su mala racha. Sin embargo, García Pimienta, consciente de la necesidad de conectar con la afición, aplicó cambios estratégicos que resultaron decisivos.

Una de las claves del partido fue la inclusión de Peque en el once titular. El jugador, que provenía del Racing de Santander, demostró ser el enlace que el Sevilla necesitaba entre el centro del campo y la delantera. A pesar de un inicio prometedor, su influencia se fue desvaneciendo hacia el final de la primera mitad, pero fue en la segunda donde brilló como el creador principal del juego hispalense.

Otra sorpresa en la alineación fue la titularidad de Jesús Navas, quien había estado ausente en los partidos anteriores debido a problemas físicos. El experimentado extremo no solo aportó en la faceta ofensiva, anotando un espectacular gol, sino que también mostró su valía defensiva, facilitando el trabajo de su compañero José Ángel Carmona, quien frecuentemente se encontraba defendiendo en inferioridad numérica en partidos previos.

Aunque García Pimienta comenzó el encuentro con un 4-3-3, su formación se adaptaba conforme avanzaba el juego. A la hora de presionar, el sistema dependía de cómo el rival iniciara el juego. Cuando el Sevilla optó por atacar de manera estática, el técnico permitió que Carmona se uniera a la defensa central, mientras que Pedrosa ocupaba la posición más ofensiva a la altura de Peque. Esta flexibilidad táctica ayudó a garantizar que el Sevilla mantuviera el control durante los momentos clave del partido.

Un aspecto vital en el juego del Sevilla es la forma en que manejan la salida del balón. Bajo la dirección de García Pimienta, el equipo ha optado por sacar el balón en corto, lo cual ha funcionado bien ante defensas menos agresivas. Sin embargo, ante un Getafe que se empujó al ataque, este enfoque estuvo a punto de costarle caro al Sevilla, ya que varios intentos de salida no resultaron como se esperaba, culminando en manos del portero Nyland, que tuvo que despejar bajo presión.

Con esta victoria balsámica, el Sevilla no solo respira aliviado, sino que además se prepara para el próximo partido con renovadas energías y una conexión más fuerte con su afición. La labor de García Pimienta demuestra que su capacidad para adaptarse y reinventar el juego puede ser la clave para lograr una temporada exitosa. Estaremos atentos a cómo sigue evolucionando el equipo y si este encuentro marca el inicio de la remontada.