En Gaza, la Navidad de 2023 llega en un contexto de desolación para la comunidad cristiana. Ramez Souri, un cristiano de 47 años que ha perdido a sus tres hijos en un bombardeo israelí, expresa su tristeza: "Este año celebraremos nuestros ritos religiosos y eso es todo. Estamos demasiado tristes para celebrar, nuestra única esperanza es rezar por la paz."

La guerra, que comenzó hace catorce meses, ha dejado a muchos en Gaza sin hogar y sumidos en el duelo. Las familias cristianas, que han tenido presencia en la región durante más de 1600 años, se enfrentan a la amarga realidad de que decenas de ellos han abandonado el enclave buscando seguridad en países como Egipto, Canadá y Australia. Las estimaciones indican que la población cristiana en Gaza oscila entre 800 y 1,000, pero muchos han optado por huir tras meses de bombardeos y privaciones.

Kamel Ayyad, un funcionario de la iglesia de San Porfirio, quien se ha refugiado en Egipto, ha declarado que el futuro de la comunidad cristiana en Gaza está en grave peligro. "Amo mi patria, pero no volveré hasta que la situación política y económica mejore", comentó Ayyad.

El reverendo Munther Isaac, líder religioso palestino, también ha expresado su preocupación. Dijo que muchos cristianos que se comprometieron a permanecer en Gaza ahora sólo quieren proteger a sus hijos, y es poco probable que la comunidad cristiana sobreviva a largo plazo en la región tras la guerra.

El 25 de diciembre, los católicos de Gaza, así como los ortodoxos que celebran la Navidad el 7 de enero, se reunirán en sus comunidades para rendir homenaje a sus tradiciones, aunque sus corazones están llenos de tristeza. El Papa Francisco, quien ha llamado a un alto el fuego, ha condenado la violencia en Gaza, haciendo referencia a los constantes ataques sobre la población civil: “Ayer fueron bombardeados niños… Esto es crueldad. Esto no es la guerra.”

La situación se ve aún más complicada por el bloqueo egipcio-israelí, que ha estrangulado las oportunidades de viaje y comercio en la región. Según el analista cristiano Khalil Sayegh, la comunidad ha vivido en un estado de incertidumbre y temor constante, especialmente bajo el gobierno de Hamás. Aunque este grupo ha mostrado cierta apertura hacia la celebración pública de festividades religiosas, la realidad es que el margen de libertad es escaso y genera ansiedad entre los cristianos.

Lo que solía ser una celebración colorida con desfiles y un gran árbol de Navidad ha sido reemplazada por un enfoque más sobrio y privado. Los cristianos ahora se ven obligados a celebrar en la intimidad de sus hogares, con miedo a la represalia y la violencia que ha marcado sus vidas. Tras la violenta escalada de octubre de 2023, donde más de 1,200 personas murieron por un ataque de Hamás, las fuerzas israelíes también intensificaron sus bombardeos, resultando en la devastación de muchos edificios y la muerte de miles.

Los vuelos de evacuación para ayudar a los cristianos a escapar de Gaza están siendo discutidos, pero muchos líderes, como Isaac, temen que la Iglesia asuma la responsabilidad de vaciar Gaza de su comunidad cristiana.

Mientras el conflicto continúa, los recuerdos de familias enteras desaparecidas y un futuro incierto marcan esta Navidad, y el ecosistema religioso de Gaza podría cambiar para siempre. Las próximas semanas serán cruciales para determinar el destino de la comunidad cristiana que, a pesar de la adversidad, sigue alzando su voz en busca de paz y esperanza.