Ciencia

Lo que Siouxsie Wiles, la microbiologa de cabello rosa, nos enseña sobre el acoso a científicas

2024-12-14

Autor: David

Es probable que no reconozcas el nombre de Siouxsie Wiles, pero su trabajo tuvo un impacto notable en tu vida hace casi cinco años. Esta microbiologa británica, residente en Nueva Zelanda, jugó un papel crucial al ayudarnos a comprender qué hacer en los inicios de la pandemia. Junto al ilustrador Toby Morris, creó viñetas y cómics que se convirtieron en GIFs animados, publicados en el medio The Spinoff. Su capacidad para simplificar la ciencia hizo que miles de personas, incluso en español, viralizaran estas informaciones. En solo tres días de marzo de 2020, los cómics lograron más de 10 millones de impresiones en Twitter, y la entonces primera ministra Jacinda Ardern los utilizó como herramienta para explicar las medidas de confinamiento a la población.

Así, esta microbiologa de cabello fucsia se transformó en una figura mediática durante la pandemia, participando en numerosos programas de televisión y medios de comunicación en Nueva Zelanda. Sin embargo, la fama también vino acompañada de acoso. En un artículo publicado en The Guardian en 2022, Wiles reveló que sufrió abusos, acosos y amenazas casi de inmediato después de comenzar a dar entrevistas: "Llevo cerca de dos años enfrentando este tipo de hostigamiento casi a diario".

Los ataques no solo se limitaban a las redes sociales; hasta su dirección personal fue divulgada en sitios web extremistas, lo que resultó en un acosador que la siguió mientras desayunaba en un hotel y transmitió el encuentro en vivo.

A diferencia de otros casos que hemos visto, en 2023 Wiles llevó a juicio a la Universidad de Auckland por no garantizar su seguridad laboral. En este contexto, el tribunal neozelandés falló en julio de 2024 a favor de la científica, ordenando a la universidad indemnizarla con 20,000 dólares neozelandeses (aproximadamente 11,000 euros) por los daños sufridos.

Este juicio ha ganado relevancia internacional, destacando la urgente necesidad de que las instituciones defiendan a su personal de las agresiones que enfrentan. El acoso no solo afecta a la persona que lo sufre —causa inseguridad, problemas psicológicos y pérdida de productividad—, sino que también impacta negativamente en la comunicación científica, desincentivando a muchos expertos a cooperar con los medios.

En España, un preocupante 16.55% de los científicos que han sufrido ataques relacionados con su visibilidad pública en los últimos cinco años han dejado de colaborar con los medios. Un estudio reciente del Science Media Centre, junto al grupo Gureiker de la Universidad del País Vasco, reveló que el 51.05% de los encuestados admitieron haber experimentado algún tipo de acoso tras comunicar ciencia. Insultos y agresiones en redes, especialmente en X (antes Twitter), son comunes, y sorprendentemente, las mujeres son las más afectadas: un 56.86% de las científicas han sufrido ataques en comparación con el 46.21% de los hombres.

El acoso que enfrentan mujeres y hombres no es el mismo; mientras que los hombres son cuestionados sobre su integridad profesional, más de una de cada tres mujeres recibe descalificaciones sobre su capacidad científica. Esta diferencia en el tipo de acoso subraya la desigualdad de género que aún persiste en la ciencia.

"Este estudio es solo el comienzo para abordar un problema que las instituciones deben analizar y resolver", afirmó Maider Eizmendi, directora científica del estudio. Alarmantemente, la mayoría de las víctimas optan por no informar a sus instituciones sobre estas experiencias, lo que refleja una falta de confianza en los mecanismos de protección actuales. Muchos testimonios recogidos piden más formación en comunicación científica y protección institucional.

Los datos recabados contribuyen a un diálogo global que preocupa a instituciones de investigación en todo el mundo. La sentencia a favor de Wiles ha encendido debates vitales en un momento de creciente desinformación: ¿hasta qué punto es responsabilidad del personal investigador comunicar sus hallazgos? Si consideramos que esta comunicación es una parte integral de su labor, es imprescindible que las instituciones dispongan de recursos adecuados para salvaguardar a sus científicos y científicas ante los ataques.