Leonardo Cano, un destacado escritor murciano de 47 años, ha demostrado ser un maestro de la oportunidad literaria. Su nueva novela, *Esto es el núcleo* (Galaxia Gutenberg), llega siete años después de su aclamado debut *La edad media*, una obra que fue finalista del prestigioso Premio Premier Roman de Chambéry. En este nuevo trabajo, Cano explora una visión futurista con tintes de ciencia ficción, en la que un hombre se enfrenta a su pasado antes de transferir su consciencia a un medio digital, un proceso que simboliza la búsqueda de una nueva forma de inmortalidad. Esta narrativa entrelaza temas contemporáneos como la inteligencia artificial, el metaverso, Neuralink y la crisis de identidad de las generaciones actuales ante el avance tecnológico.

Une su talento literario a su pasión por la enseñanza, fundando la escuela de escritura creativa Club Renacimiento en Murcia, junto a su amigo Miguel Ángel Hernández. Cano admite que su proceso de escritura es lento; prefiere meditar cada idea cuidadosamente y enfocarse en múltiples borradores antes de llegar a una versión final que considere óptima.

Cano, marcado por su necesidad de innovación y reflexión, indica que su novela fue concebida hace años, en un periodo donde la inteligencia artificial ya comenzaba a dominar su atención. En sus primeras páginas, anticipó conceptos que hoy son parte del confinamiento cotidiano, como el procesamiento de lenguaje natural que ahora está tan en boga. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿podría Cano haber anticipado el boom de la IA?

Entre sus influencias, se encuentra la literatura de autores como Michel Houellebecq y Don DeLillo, quienes abordan los miedos y ansiedades que rodean a la vida contemporánea. Sin embargo, Cano se esfuerza en evitar parecerse a otras obras que toquen temas similares, prefiriendo sumergirse en investigaciones sobre deep learning y transhumanismo.

La pregunta sobre si la literatura debe adaptarse a los cambios evolutivos de nuestra sociedad es central en su discurso. Cano opina que el presente se asemeja cada vez más a una novela de ciencia ficción. 'El futuro que podemos imaginar en cinco años será un tipo de magia', dice. Esta declaración nos invita a reflexionar sobre cómo la tecnología ha transformado nuestra manera de vivir.

A pesar de abordar patrones que parecen distópicos, Cano se considera un optimista. Su narrativa revela una comprensión profunda de que la distopía no es un lugar, sino una experiencia interna. Afirma que la felicidad puede encontrarse, incluso cuando parecemos encerrados en mundos virtuales. La forma en que lidiamos con los avances tecnológicos define si nuestra realidad es distópica o no. ¿Realmente estamos preparados para considerar que lo que parece inquietante hoy, podría ser un avance positivo en el futuro?

En el núcleo de su obra, además de la tecnología, se dibuja un retrato conmovedor de la relación entre el protagonista y su hija, un elemento que recuerda la importancia de la conexión humana en medio de un mundo cada vez más digitalizado. Cano invita al lector a preguntarse hasta qué punto dependen nuestras relaciones de los avances tecnológicos. Esta cuestión hace que su novela no solo sea relevante, sino vital para nuestra comprensión de quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos en este mundo en evolución.