La presidencia de Joe Biden ha estado marcada por numerosos desafíos, desde la pandemia de COVID-19 hasta la guerra en Ucrania, que ha desencadenado una escalada inflacionista. En este panorama, las relaciones comerciales y geopolíticas han fluctuado, mientras el mundo aguarda el desenlace de las próximas elecciones. Con Donald Trump y Kamala Harris como potenciales sucesores, la incertidumbre se cierne sobre el mercado. Sin embargo, lo que ha existido durante estos cuatro años es un claro ganador en Wall Street: las compañías tecnológicas, con Nvidia a la cabeza, han visto un incremento masivo en sus acciones gracias a la creciente inversión en inteligencia artificial, convirtiéndose en la temática de moda en el ámbito financiero.

Junto a las tecnológicas, el sector energético ha brillado en medio del caos, beneficiándose fuertemente de la decisión de incrementar las exportaciones de gas natural licuado al mercado internacional tras el cese de suministros rusos. Esto ha permitido que Estados Unidos se posicione como el mayor proveedor de gas natural del mundo, superando a naciones como Catar y Australia. Por otro lado, las farmacéuticas han arrasado gracias a la creciente demanda de tratamientos para la obesidad, fortalezas emergentes en defensa y la recuperación del sector bancario.

Desde el momento más bajo del mercado en marzo de 2020, el S&P 500 ha ganado un asombroso 74.7%, mientras que el Nasdaq Composite ha aumentado un 66.6% y el Dow Jones un 57.7%. Comparativamente, el Euro Stoxx 600 ha crecido un 48.5% y el Ibex 35 ha tenido un impresionante repunte del 84%. En el sector de los bonos, la rentabilidad de los bonos a diez años ha subido del 0.8% al 4.3%, alcanzando casi el 5% en octubre de 2022.

Nvidia, el verdadero titán de estos años, experimentó un asombroso crecimiento del 986%, llevándola a rivalizar en valor con Apple, que también superó la barrera de los tres billones de dólares en capitalización. Sin embargo, la compañía con el mayor aumento en el S&P 500 ha sido Super Micro, con un espectacular 1,046%, a pesar de enfrentar problemas de gobernanza y una caída reciente en sus acciones. Fuera del S&P 500, Microstrategy ha visto un aumento descomunal del 1,234% gracias a sus inversiones en criptomonedas.

El sector energético, aunque menos destacado en los titulares, ha tenido un papel crucial en la alza de selectivas como Targa Resources, que creció un 954.2%. Otras empresas como Marathon Oil y Diamondback Energy también han tenido incrementos significativos, beneficiándose de la demanda europea por gas natural.

La lucha contra la obesidad ha causado furor y rápidamente se ha convertido en un pilar para las grandes farmacéuticas. Elli Lilly y Viking Therapeutics han visto aumentos en sus acciones de 517.9% y 1,021.5% respectivamente, gracias a sus innovadores productos en el mercado. La competencia por el dominio en este sector también incluye a Novo Nordisk, cuyas acciones se dispararon un 249%.

El sector de defensa está en auge, gracias a empresas como Palantir Technologies, que ha multiplicado sus acciones por más de cuatro desde su debut en 2020. Esto refleja una creciente inversión en inteligencia artificial para la defensa, lo que ha incrementado su valoración a 103,000 millones de dólares.

Finalmente, el sector financiero y de pagos ha tenido un rendimiento sobresaliente, con CPI Card liderando el Nasdaq Composite con un incremento del 2,721%, seguido de cerca por American Express en el Dow Jones. A pesar de la regulación aumentada en el sector tras la quiebra de Silicon Valley Bank, los bancos han visto un crecimiento significativo en sus beneficios, gracias a un entorno de tasas de interés más altas.

Estos cambios y éxitos de diversas industrias bajo la presidencia de Biden ofrecen pistas sobre el futuro del mercado financiero en los próximos años. Los analistas se preguntan: ¿podrán estas tendencias mantenerse o estamos al borde de nuevos desafíos económicos? ¡El tiempo lo dirá!