El Santiago Bernabéu vivió una noche para el olvido, con el FC Barcelona como verdugo en un encuentro que dejó huellas profundas en el corazón de los aficionados del Real Madrid. Los hombres de Carlo Ancelotti sufrieron una contundente derrota que ha encendido las alarmas dentro del club. Con muchas cabezas asomando por encima de la multitud —desde Ancelotti hasta Kylian Mbappé, pasando por la defensa y el mediocampista Aurelien Tchouameni— las críticas son cada vez más frecuentes.

Los seguidores del equipo merengue abandonaron el estadio llenos de frustración y decepción, tras el alto rendimiento que se esperaba para esta temporada después de haber conquistado una nueva Champions League y con el fichaje estrella de Mbappé. Sin embargo, la situación actual es alarmante: el Barcelona les lleva seis puntos de ventaja en la Liga y en la Champions League, aunque lograron una remontada contra el Dortmund, no han logrado la solidez que los aficionados esperaban.

El vestuario, por su parte, también reflejó el malestar tras esta dura derrota. La expresión de los jugadores era de desánimo e incredulidad. Sin embargo, el clima de molestia se intensificó cuando Jude Bellingham, una de las nuevas promesas del Madrid, salió del campo evidentemente afectado. El británico atraviesa un bache en su rendimiento que ha dejado mucho que desear.

Bellingham, quien ha sido una de las estrellas en el inicio de la temporada, parece estar atrapado en un ciclo de frustración. Hasta ahora, no ha logrado marcar en esta campaña y sus actuaciones han suscitado preocupaciones. En la última cita, no logró concretar un par de claras ocasiones frente al Borussia Dortmund y ante el Barcelona su desempeño fue igualmente decepcionante. A pesar de su notable esfuerzo en el campo, los resultados no reflejan su dedicación.

En el Clásico, Bellingham tuvo una participación muy limitada, registrando solo trece pases, sin intentos de regate y sin disparos a puerta. En los duelos, su desempeño también fue inferior a lo esperado, ganando solo cinco de los once enfrentamientos directos. Este rendimiento mediático ha puesto de manifiesto un claro desasosiego por parte del jugador, lo cual se pudo notar en sus gestos de impotencia durante el choque y al momento de salir del estadio, visiblemente molesto.

La gestión del caso Bellingham ya ha comenzado a preocupar en las oficinas del Real Madrid. La llegada de Mbappé ha forzado a Ancelotti a realizar ajustes en su estrategia, perjudicando notablemente el rendimiento de Bellingham al situarlo en una posición que no le beneficia. En las últimas jornadas, el técnico ha optado por utilizarlo en la banda derecha, algo que se evidenció en el Clásico. Sin embargo, el resultado ha sido negativo, al igual que en los primeros tiempos ante el Celta y el Borussia Dortmund.

Los días venideros serán cruciales para Bellingham y el Real Madrid. La afición espera que se encuentre la solución para volver a recuperar su mejor versión y ayudar al club a recuperar el rumbo en la Liga y en Europa. Sin duda, el tiempo corre y el desafío es mayor que nunca. ¿Logrará Bellingham destacarse nuevamente o el Real Madrid tendrá que replantear su estrategia?