Introducción

Este miércoles, el Gran Teatre Liceu de Barcelona dio inicio a su nueva temporada con una ambiciosa producción de ‘Lady Macbeth de Mtsensk’, una obra maestra del compositor ruso Dmitri Shostakóvich. Con un presupuesto impresionante de 1,5 millones de euros, la producción se incluyó en la celebración de los 25 años de la reapertura del teatro tras su devastador incendio en 1994. La dirección musical estuvo a cargo del reconocido Josep Pons y la dirección escénica fue asumida por Àlex Ollé, que se enfrentó al reto de llevar a escena una obra tan compleja y poco convencional.

La Primera Velada

La velada fue un despliegue de glamour que reunió a la alta sociedad catalana, incluyendo al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y a diversas personalidades del cine y la política. Este arranque de temporada refuerza la conexión cultural entre el Liceu y la sociedad catalana, ilustrando la vitalidad de la cultura en tiempos de adversidad.

La Obra y Su Contexto

‘Lady Macbeth de Mtsensk’ presenta la perturbadora historia de Katarina, una mujer atrapada en un matrimonio opresivo que se convierte en una asesina tras descubrir el amor con un obrero, Sergei. Inspirada en una novela homónima de Nikolái Leskov, la obra revela una crítica devastadora hacia un sistema patriarcal opresor. La excepcional interpretación de Sara Jakubiak como Katarina y la poderosa voz de Pavel Cernoch como Sergei dan vida a esta intensa narrativa, que a menudo se asemeja más a un thriller psicológico por su ritmo y tensa musicalidad.

Valentía en la Composición

En un acto de valentía, Shostakóvich se atrevió a abordar temas controvertidos, omitiendo, sin embargo, el infanticidio en su composición, una decisión cautelosa dada la horrífica represión que enfrentó por parte de Stalin. La obra fue censurada en la URSS hasta 1953 y es fácil ver por qué la habilidad de Shostakóvich para crear una protagonista femenina fuerte y desafiante podía resultar amenazante para la autoridad soviética.

Escenografía de Àlex Ollé

El director Àlex Ollé, quien ha estado dirigiendo óperas desde 1996, ha querido rendir homenaje a la obra mediante una escenografía cargada de simbolismo. Utilizó 10,000 litros de agua freática —una astuta decisión ambiental que reutilizará el agua después de cada función— creando una atmósfera de desolación que refleja el estado emocional de Katarina en el transcurso de la historia. La escena de la puesta en escena, donde el suelo está cubierto de agua, se convierte en un símbolo del estancamiento emocional y la opresión que la protagonista enfrenta, así como de los peligros de sucumbir a las pasiones incontrolables.

La Crítica Social

Además, la pieza cuenta con momentos de humor mordaz y elementos de crítica social que mantienen al público cautivado, desde los guiños irreverentes hasta las escenas que desafían las convenciones morales médicas de la época. El vestuario, diseñado por Lluc Castells, fusiona elementos de diferentes épocas, lo que provocó discusiones sobre la relevancia de la obra en el contexto actual.

El Destino de Katarina

El final ofrece una visión sombría del destino de Katarina, un poderoso recordatorio de la desesperanza que se siente en la obra en su conjunto. A pesar de la controversia que la rodea, la producción del Liceu logra establecer a ‘Lady Macbeth de Mtsensk’ como una obra relevante y provocativa, invitando a la reflexión no solo sobre la opresión de las mujeres en el contexto histórico de la Rusia zarista, sino también acerca del machismo persistente en la sociedad contemporánea.

Conclusión

Con cada nota, la música de Shostakóvich se siente como un testigo del sufrimiento humano, haciendo de esta inauguración una experiencia inolvidable, cargada de emociones y relevancia contemporánea.