Este lunes, el periódico 'El Confidencial' sorprendió a todos al publicar una fotografía inédita que muestra a Víctor de Aldama en una reunión con José Luis Ábalos, entonces secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes, en la tercera planta de Ferraz, 70, junto a los delegados diplomáticos de Juan Guaidó. Esta imagen refutaba la narrativa promovida por muchos políticos socialistas que aseguraban que el empresario no había estado jamás en la sede del partido. La revelación generó un aluvión de reacciones furiosas entre la base del PSOE, que se lanzó a defender su postura a través de una campaña de desinformación, alegando que la foto era manipulada, incluso The Objective se unió a esta controversia.

En respuesta, este miércoles, The Objective publicó un artículo anónimo titulado: "La misteriosa foto de Ferraz: ¿ha manipulado Aldama la imagen para presumir de influencia?" En este, se insinuaba que varios asistentes a la reunión no recordaban que Aldama tuviera un papel tan destacado y dudaban de la presencia de él y de Koldo García en la sala durante el encuentro con el ministro.

La pieza continuó sugiriendo que la imagen difundida por 'El Confidencial' era un montaje, señalando que una foto del mismo día, publicada por The Objective, no mostraba a Aldama junto a Ábalos. En este análisis, se apuntó a la diferencia de posiciones de los vasos entre ambas imágenes. La fotografía de 'El Confidencial' parecía capturada al inicio del encuentro, donde los vasos aún no estaban llenos de agua, mientras que la otra ya mostraba el ambiente más desarrollado de la reunión.

A medida que la controversia se desarrolló, surgieron especulaciones sobre el impacto que esto podría tener en las relaciones entre los medios de comunicación. Algunos expertos sugieren que la disputa podría tener consecuencias legales significativas, con 'El Confidencial' considerando posibles acciones legales contra 'The Objective' por la insinuación de manipulación de la imagen.

La tensión entre ambos medios refleja un contexto más amplio en el que las batallas por la verdad y la credibilidad en el periodismo se intensifican. Mientras tanto, el público se encuentra dividido, tratando de discernir los hechos de la ficción en un paisaje informativo cada vez más polarizado.