Después de una dura derrota contra el Atlético de Madrid a finales de año, el FC Barcelona se motivó para hacerse con la Supercopa de España. Este trofeo cobró un significado especial cuando Dani Olmo y Pau Víctor no pudieron ser inscritos en el nuevo año. Con sus compañeros luchando en el campo, el vestuario culé se unió más que nunca, transformando su deseo de triunfo en una promesa: dedicar la victoria a sus dos compañeros de equipo.

El Real Madrid llegó al partido con la moral alta, liderando LaLiga y olvidándose rápidamente del 0-4 que sufrió a manos del Barça en el Bernabéu en octubre. Sin embargo, a pesar de que Courtois tuvo intervenciones excepcionales, y Mbappé abrió el marcador, el Barça se encargó de desatar los fantasmas en Jeddah. Lamine Yamal, con su estilo a lo Neymar, recordó a Messi al abrir el marcador. En solo una parte, los azulgranas anotaron cuatro goles más, dejando a los aficionados en un estado de alegría total.

El segundo tiempo comenzó con un quinto gol del Barça, y aunque el equipo rosa con una goleada histórica, la expulsión de Szczesny revitalizó a los blancos. Después de una falta de Camavinga en la frontal, Rodrygo aprovechó la ocasión para marcar, dejando a Iñaki Peña en una posición complicada. Sin embargo, el Barça resistió los embates del Madrid, y gracias a un arbitraje cuestionable que perdonó dos tarjetas rojas, el marcador se mantuvo intacto.

Así, el Barça hizo historia al conseguir la novena goleada de su historia sobre el Madrid y mantener un récord de tres clásicos donde superó los cinco goles al eterno rival. La Supercopa fue el primer título de la temporada para el conjunto dirigido por Flick, reafirmando su superioridad y marcando su recuperación tras un noviembre y diciembre difíciles.

La celebración fue épica en el césped. Olmo, quien ingresó en la segunda mitad, fue levantado por sus compañeros, mientras él besaba el escudo del club ante una afición entusiasta en Arabia. El estadio se iluminó con un espectacular show de fuegos artificiales, en un acto que simbolizó no solo la victoria, sino la unidad del equipo en un momento de necesidad. El Barça no solo evitó que el Madrid completara un pleno de títulos; también demostró que, a pesar de las adversidades, siempre encontrarán la manera de luchar juntos y salir victoriosos. ¡Una noche que quedará grabada en la historia del fútbol!