La periodista científica Rachel E. Gross, en su obra 'Vagina Obscura', destaca que a pesar de los increíbles avances de nuestra era, como enviar un robot a Marte o concebir un niño con tres padres, aún nos queda mucho por aprender sobre la anatomía femenina. Aparentemente, la ciencia ha ignorado durante décadas el estudio detallado del clítoris, un órgano dedicado exclusivamente al placer sexual que fue documentado por Hipócrates hace más de 2000 años. Sin embargo, no fue hasta 1998 que su anatomía fue descrita con precisión, lo que llevó a Georgina Picas, matrona y sexóloga del Hospital del Mar, a afirmar que 'llegamos a la Luna antes de conocer completamente el clítoris'.

Durante siglos, el mundo ha marginado el disfrute sexual femenino, considerándolo un tabú. Este vacío de conocimiento ha llevado a que el orgasmo femenino sea definido como 'un agujero negro de desconocimiento', como dice Picas. A pesar de que se ha avanzado en la comprensión del clítoris y el placer sexual femenino, aún queda un largo camino por recorrer en cuanto a la eliminación de estigmas y mitos. De hecho, se estima que hasta un tercio de las mujeres nunca ha experimentado un clímax sexual completo.

La sexóloga Francisca Molero explica que el orgasmo es, en esencia, una 'percepción subjetiva de un pico de placer intenso derivado de una situación sexual', lo que implica que entienden que el contexto, la motivación interna y la relación con la pareja juegan roles cruciales en su vivencia. Sorprendentemente, un estudio con más de 52,000 participantes mostró que el 95% de los hombres heterosexuales afirma alcanzar el orgasmo regularmente, mientras que solo dos tercios de las mujeres bisexuales y heterosexuales logran lo mismo.

Molero destaca que la exploración del placer ha sido mucho más aceptada socialmente para los hombres que para las mujeres, dificultando el aprendizaje y la autoexploración en este último grupo. Por fortuna, la visibilidad de la masturbación femenina está en aumento, abriendo nuevas puertas a la conquista del placer.

Otro dato fascinante sobre el placer femenino es que este no solo se centra en el clítoris. Aunque el clítoris es vital en la respuesta sexual, otras áreas del cuerpo, como los senos y la piel, también son increíblemente erógenas. De hecho, la piel, el órgano más extenso del cuerpo, experimenta cambios significativos durante el acto sexual, lo que intensifica la percepción de las caricias.

Un concepto erróneo común es la noción de los 'orgasmos vaginales' y 'clitorianos'. Molero y otros expertos han refutado esta idea, aclarando que la mayoría de los orgasmos que se asocian con la penetración son en realidad resultado de la estimulación indirecta del clítoris. Del mismo modo, el 'punto G', considerado un área altamente erógena, es en realidad parte de un complejo que incluye el clítoris, la uretra y la vagina.

Los investigadores también advierten que la experiencia del orgasmo puede diferir significativamente de una mujer a otra, influenciada por el contexto y las emociones. Además, cambios físicos como el aumento de la lubricación vaginal y la activación de músculos uterinos acompañan el clímax sexual.

Pero, ¿qué sucede en el cerebro durante un orgasmo? Molero describe esto como 'una tormenta bioquímica' donde se activa la dopamina, así como endorfinas que promueven el bienestar y la felicidad. Sin embargo, factores como la salud física y mental, así como el contexto emocional, pueden interferir en esta experiencia. Determinadas condiciones médicas y fármacos pueden impactar la capacidad de alcanzar el orgasmo, demostrando que el placer femenino es un fenómeno complejo y multifacético.

La buena noticia es que el placer sexual femenino no tiene fecha de caducidad. Como enfatiza la ginecóloga Laura Ribera, 'el clítoris no caduca', y aunque la menopausia puede traer cambios, estos no limitan la capacidad de disfrutar del sexo. De hecho, muchas mujeres reportan nuevas formas de placer durante esta etapa de la vida, señalando que la sexualidad madura puede ser liberadora y transformadora.

En conclusión, el autoconocimiento y la educación sexual son herramientas vitales para que las mujeres rompan con las barreras históricas que han rodeado su placer. El orgasmo, más que un simple clímax, está vinculado a la salud emocional y física, y entenderlo puede ayudar a mejorar la calidad de vida en general. Así que, ¡es hora de redescubrir y reivindicar el placer femenino!