La esketamina: ¿El futuro de la lucha contra la depresión resistente?
2024-10-27
Autor: Marta
La esketamina se posiciona como un fármaco revolucionario en el tratamiento de la depresión resistente al tratamiento (TRD), y ha sido aprobado por la FDA para su uso en combinación con otros antidepresivos. En un reciente estudio presentado en el Congreso Nacional de Psiquiatría en Donostia-San Sebastián por la investigadora principal Ana Rodríguez Lorente, se han revelado hallazgos alentadores sobre su efectividad y su impacto en los niveles de neurofilamentos, así como en el volumen de diversas áreas del cerebro.
La TRD afecta a un porcentaje significativo de la población española, que se estima en más de dos millones de personas. Muchos de estos pacientes experimentan un sufrimiento profundo y un alto riesgo de suicidio; de hecho, el estudio identifica los días específicos en que este riesgo se incrementa.
La esketamina, un enantiómero de la ketamina, está diseñada para usarse mediante un spray nasal y se ha investigado por su capacidad para causar cambios en las estructuras cerebrales afectadas por la depresión. Los resultados iniciales con los primeros nueve pacientes sugieren que los cambios en los niveles de neurofilamentos y el volumen del cerebro podrían servir como biomarcadores útiles para predecir la evolución de la enfermedad. Alarmantemente, casi el 40% de los españoles que sufren de depresión no sabe cómo pedir ayuda.
El estudio, llevado a cabo por un equipo compuesto por Rodríguez Lorente, María Pilar Campos Navarro y Juan Antonio García-Carmona en el Hospital Santa Lucía en Cartagena, subraya que la depresión resistente al tratamiento no responde adecuadamente a las terapias convencionales. Este tipo de depresión está frecuentemente asociado con daños en las conexiones nerviosas del cerebro y cambios en el tamaño de ciertas áreas cerebrales.
Se realizó un seguimiento exhaustivo de los pacientes en varias etapas: al inicio del tratamiento y a los uno, tres y seis meses posteriores, utilizando cuestionarios que evaluaron la gravedad de los síntomas, la calidad de vida, y el riesgo de suicidio entre otros aspectos. Además, se llevaron a cabo resonancias magnéticas y análisis de sangre para medir los niveles de neurofilamentos, con la esperanza de detectar y tratar temprano el daño nervioso.
La investigación también recalca que, aunque los resultados son prometedores, es crucial realizar más estudios para confirmar cómo la esketamina puede impactar en estos indicadores a largo plazo y mejorar la calidad de vida de quienes padecen TRD. Este avance podría significar un rayo de esperanza para miles de personas atrapadas en la lucha contra la depresión que no responde a los tratamientos típicos. ¿Estamos ante un cambio de paradigma en el tratamiento de la depresión?