Tres poderosas palabras resuenan con fuerza en el vestuario de la Selección española de pádel antes de afrontar la final del Mundial: "Reivindicación, revancha y homenaje". La atmósfera en la concentración es electrizante; los jugadores, junto al cuerpo técnico y la directiva, están completamente motivados y enfocados en este evento que se celebra cada dos años y que es considerado el mayor reto del deporte de la pala.

Hoy se enfrentarán a una temible selección argentina, vigentes campeones tras conquistar el título en la última edición. Argentina logró su victoria aplastando a España en un emocionante tercer partido de la final, donde Sanyo Gutiérrez y Fernando Belasteguín se alzaron como los héroes de la jornada. Este revés ha dejado una profunda huella en el vestuario español, un recuerdo que los jugadores no pueden borrar y que ahora buscan saldar.

Los mensajes entre los integrantes del equipo español revelan un hambre insaciable por demostrar su superioridad: "Queremos demostrar que somos mejores, que tenemos una plantilla más amplia y un grupo unido...", comparten algunos de los jugadores en charlas internas durante su estancia en Doha.

En un momento trágico para España, donde más de 200 vidas se han perdido a causa de la devastadora DANA, la selección encuentra una motivación adicional. El deseo de dedicar el título a las víctimas es fuerte, convirtiendo cada punto en un homenaje a aquellos que han sufrido en los últimos días. Para los grupos de Juanjo Gutiérrez e Icíar Montes, no hay mayor aliciente que llevar un trofeo a quienes atraviesan momentos tan difíciles.

A pesar de los rumores y la especulación que han rodeado la cohesión del grupo en los meses recientes, la convivencia en la última semana ha sido excepcional. Los jugadores han dejado de lado disputas pasadas, uniendo fuerzas en un objetivo común: lucir con orgullo la bandera de España en el pecho durante la final.

Uno de los cambios más notables en este torneo ha sido el papel de Juan Lebrón. Originalmente un jugador en la posición de derecha, ha cambiado a la izquierda, donde rápidamente se ha adaptado y parece ser la clave para el éxito del equipo en la final. Todos esperan que brinde su mejor rendimiento esta tarde, cuando el destino de la selección se decida en la cancha.

No obstante, este enfrentamiento va más allá de solo un partido. Para España, es una oportunidad de redención y un momento para reafirmarse en el ámbito internacional del pádel. La pasión está en el aire y los aficionados esperan ansiosos el desenlace de una batalla que promete ser épica. ¿Logrará España alzar el trofeo en esta emocionante final?