En menos de un mes se cumplirán 20 años de uno de los casos más enigmáticos de Galicia. La desaparición de Francisco Fernández Golpe y María Victoria Méndez Caride, quienes residían en la carretera vieja de Madrid, en la parroquia de Cabral, sigue sin resolverse. El 3 de diciembre de 2004, la pareja desapareció misteriosamente, y pocos días después, su Volkswagen Golf azul fue hallado quemado y acribillado en el monte de A Risca, en Porriño, lo que llevó a la policía a considerar la hipótesis de un crimen.

A pesar de que se llevaron a cabo varias detenciones y un proceso judicial con hasta cinco imputados, el caso fue provisionalmente archivado en 2008. Con el paso del tiempo, ni los cuerpos de las víctimas han sido encontrados ni se han identificado a los responsables, lo que plantea la inquietante posibilidad de que este caso pueda prescribir, como muchos otros en Vigo que permanecen en las sombras.

Las circunstancias de su desaparición sugieren un posible homicidio o secuestro. El juez del Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo dictó sobreseimiento provisional en 2008, apuntando a la falta de pruebas contundentes, pero subrayó que la forma en que fue hallado el vehículo indicaba que Francisco y Victoria no habían desaparecido por voluntad propia. La magistrada consideró que existían "connotaciones ilícitas" en el caso, planteando el ajuste de cuentas vinculado a supuestos vínculos con el narcotráfico, sustentado en el sorprendente patrimonio de la pareja, que incluía 700.000 euros en efectivo.

La noche de su desaparición, la pareja había hecho planes para disfrutar del puente de la Constitución y se preparaban para esquiar en los Pirineos junto a amigos. Sus familiares y conocidos iniciaron una búsqueda frenética desde el primer momento, colocando carteles con sus fotos y organizando batidas en la zona, convencidos de que no se habían ido voluntariamente. Recuerdan que habían adquirido recientemente una propiedad que les había costado mucho esfuerzo, lo que refuerza la teoría de que su desaparición fue forzada. Durante todos estos años, las dudas sobre su involucramiento en actividades ilícitas jamás han podido ser confirmadas.

El destino de Francisco y Victoria sigue siendo un misterio perturbador para sus seres queridos y un recordatorio de las insondables profundidades del crimen. Dado que el caso sigue abierto, todavía hay esperanzas de que un nuevo giro en la investigación arroje luz sobre lo que realmente les sucedió. Es hora de que haya respuestas claras en este caso que ha dejado a tantos en la incertidumbre durante dos décadas.