El conflicto entre Israel y Hamás se acerca a su primer aniversario, y con él, la reconfiguración de las ambiciones y temores de múltiples actores tanto estatales como no estatales en Oriente Medio. Desde los impactantes ataques del 7 de octubre, los ecos de guerra resuenan con una intensidad creciente, desestabilizando los frágiles equilibrios que han predominado en la región.

A pesar de los intentos por alcanzar un alto al fuego, el gobierno israelí ha intensificado sus ofensivas, no solo en Gaza y Cisjordania, sino también extendiendo su alcance militar hacia el Líbano, donde las tensiones han ido en aumento.

En esta compleja dinámica, emergen dos narrativas en la forma en que los países de Oriente Medio perciben la posibilidad de una guerra regional. Por un lado, los estados del Golfo se posicionan con cautela, buscando evitar cualquier escalada que podría tener graves repercusiones en sus territorios y sistemas políticos.

Por el otro lado, Irán juega un papel crucial, utilizando grupos proxy como los hutíes en Yemen y Hezbolá en Líbano, lo que añade una capa adicional de tensión a un conflicto ya volátil. Según Erwin van Veen, investigador principal en la Unidad de Investigación de Conflictos de Clingendael, 'es Israel quien intenta incitar a Teherán. Si Irán responde con demasiada fuerza, esto podría ofrecer a Israel una excusa para reconfigurar su estrategia en Gaza y abrir un conflicto mucho más amplio'.

Esta situación es particularmente preocupante, ya que los temores de una guerra regional se intensifican. Los pueblos de la región han estado padeciendo durante años por la violencia y la inestabilidad, y muchos se preguntan: ¿podría este conflicto llevar a un enfrentamiento militar a gran escala que afecte a millones? La comunidad internacional observa con ansiedad, mientras los líderes políticos buscan alternativas para prevenir una catástrofe aún mayor.

En este panorama sombrío, el futuro de Oriente Medio sigue en juego, y la población civil es la que pagará el precio más alto si la razón no prevalece.