En su polémico regreso a Mestalla, Vinicius Junior experimentó un nuevo capítulo en su carrera marcada por la controversia. El delantero brasileño fue expulsado tras agredir sin balón al portero del Valencia,, lo que resultó en una sanción de dos partidos. Muchos en Madrid esperaban un indulto que no llegó, mientras que los aficionados culés clamaban por una sanción más severa. Sin embargo, el resultado final fue mejor de lo que algunos anticipaban, considerando que en ocasiones anteriores sanciones mucho menores se habían impuesto por acciones menos graves.

La situación ha abierto un debate sobre la equidad de las decisiones arbitrales en La Liga. Por ejemplo, Robert Lewandowski recibió tres partidos de sanción por un incidente leve, y el entrenador del Barça, Julian Nagelsmann, fue suspendido sin razón aparente. La comunidad futbolística se encuentra dividida, cuestionando la consistencia y la lógica detrás de tales decisiones.

Cabe recordar que en un incidente previo en 2023, Vinicius fue víctima de insultos racistas en el mismo estadio, lo que llevó a que se le retirara una tarjeta roja en un hecho sin precedentes, destacando la necesidad de luchar contra el racismo en el deporte. La situación de Vinicius no solo refleja desafíos en su carrera, sino que también subraya problemas más amplios de penalización y justicia en el fútbol español. ¿Están las autoridades del deporte finalmente reaccionando ante la violencia y las disparidades en la aplicación de las sanciones? Solo el tiempo lo dirá.